La jefa de oficina, Rebeca Mungaray Lagarda, informó que tiene siete más en resguardo que serán deshechas como lo marca el Artículo 24 del Reglamento de Alcoholes donde prohiben a los establecimientos como tiendas de abarrotes los juegos de azar así como cruce de apuestas.

El vicio al juego ha tenido un efecto negativo en la economía de algunas familias en colonias de la periferia, ya que decenas de abarrotes operan “minicasinos” con dos o tres máquinas.

En menos de tres minutos un adolescente de 11 años de edad gastó 24 pesos apostando. Platicó que todos los días juega. Algunas máquinas le dan 300 pesos por combinación ganadora o depende de la cantidad de monedas que arriesgue.

“Aquí se la pasa mi nieto, nosotros no lo dejamos solo le damos 20 pesos cada semana para que apueste”, compartió una molesta vecina de la Colonia 89.

Para ella es un desperdicio de dinero cuando en su familia apenas hay para comprar la comida, o pagar los recibos de luz, agua o el mismo internet.

En los últimos informes oficiales de la Secretaría de Gobernación quien regula los juegos, se precisó que la actividad representa ingresos ilegales por más de 25 mil millones de pesos al año.

El Jefe de la Jurisdicción Sanitaria, José Antonio García Rivera, mencionó que el uso de éstas maquinitas está íntimamente ligado con depresión y ansiedad.

“La ludopatía es la adicción al juego. No importa lo que pierdas nadie mide las consecuencias. Lo que hace es satisfacer una necesidad fisiológica, neurofisiológica por continuar”, detalló.

El problema no es que existan los casinos, tampoco cree que el alcohol sea malo, sino el abuso en el consumo dijo el médico.

“Si de por sí tienen problemas para la canasta básica, vamos a tener un problema de mal alimentación lo niños siguen con este vicio de apostar”, insistió.

El Instituto de Psiquiatria del Estado Baja California (IPEBC) inició un programa para Ensenada para poner en circulación la Unidad de Contención para quienes tengan padecimientos agudos o graves sepan a qué lugar recurrir.