En México 6 de cada 20 personas van a sufrir una enfermedad mental y existe un estigma hacia estos padecimientos, informó el director del Instituto de Psiquiatría de Baja California, Víctor Salvador Rico Hernández.
La responsabilidad de la atención a este grupo de personas recae en los profesionistas de la salud, quienes deben sensibilizar a la población sobre esta enfermedad que requiere de atención oportuna.
“Cuando alguien escucha la palabra psiquiatra dice ¡no! no estoy loco, no voy a ir a tratamiento. Por eso tenemos que involucrarnos, los médicos generales, trabajadores sociales, psicólogos y de otras ramas”, señaló el titular.
Este viernes se llevó a cabo en el Museo Caracol de Ensenada, la décima edición de las Jornadas de Salud en el Estado: “Nuestros derechos ante la crisis”.
Uno de los invitados especiales fue el sacerdote y defensor de derechos humanos, Alejandro Solalinde.
El director del psiquiátrico comentó que se le extendió la invitación al sacerdote porque los derechos humanos están devastados y una recurrente es que la gente pregunte qué va a hacer el gobierno con los indigentes.
“Pero no solo es el instituto quien debe ver por ellos sino que es necesario crear una red social de tolerancia con ese tipo de personas. Y es que no todos son candidatos al encierro en un psiquiátrico”, aclaró.
Durante la conferencia Solalinde mencionó, entre otros temas, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) es un organismo que debe ser ciudadano, y no político.
Que hay personas que tienen la percepción incorrecta de que es parte del gobierno.
“La CNDH tiene que ser de libre y de facto una institución ciudadana aparte del estado sin embargo esto no ha sucedido porque el estado ha intervenido para la elección del ombudsman”, refirió.
Lo anterior, dijo, provoca que la ciudadanía desconozca temas de salud pública debido a que la comisión es principalmente quien tiene que informar sobre la situación.
Cuestionó a los presentes sobre si alguien sabía el estado real que guarda la salud pública y mental en el país.
“No saben porque toda la información que nos dan está fragmentada, porque nos han ocultado la realidad, no hay transparencia, solo sabemos los síntomas pero no cuál es el diagnóstico”, apuntó.
Indicó que hay problemas de depresión, fobias y cansancio que se derivan del abandono de las instituciones de gobierno hacia los ciudadanos, también hay un sentimiento similar por parte de las instituciones religiosas.