Fue el Obispo Emilio Carlos Berlié, quien le pidió luego de esta entrevista silencio, prudencia y ausencia, lo que lo llevó a salir de Tijuana, sin regresar siquiera a la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe del Rio, donde era el párroco.

De la Ciudad de México, directamente se trasladó a un año sabático por obediencia a la autoridad eclesiástica en los Estados Unidos en Sacramento California y luego a San Isidro California un año después ya de regreso.

De San Isidro viajó a Ensenada donde permanece desde 1998.

Desde la entrevista dijo, a acudido dos veces a rendir declaraciones ministeriales, ante la PGR, una el 14 de diciembre de 1998 y otra el 9 de abril de 1999.

En ambas expuso como conoció a los hermanos Arellano Félix, por medio de Ruth González esposa de Benjamín quien efectuaba trabajo pastoral en la iglesia.

Fue precisamente Ruth quien tiempor después de acontecido el asesinato del Cardenal Posadas en el Aeropuerto de Guadalajara quien solicitó al Padre Montaño ser el conducto para una carta al Santo Padre donde explicaban que ellos no habían estado vinculados con el homicidio.

Sin embargo el conducto era la nunciatura apostólica y fue de esa manera que se decidió primero llevar la carta y luego concertar una entrevista en la nunciatura apostólica en la ciudad de México.

El padre Montaño fue quien consiguió la cita con Gerólamo Prigone para efectuar una reunión en la Nunciatura, reunión que duró una hora y media y a la que Ramón Arellano había entrado desarmado, solo acompañado por su chofer con quienes departió aproximadamente una hora y media tomando té.

El temor entonces de Ramón era ser apresado, que de un momento a otro pudieran detenerlo, sin embargo esto no sucedió.

Ramón Arellano Félix declara pensaba en entregarse, pero pretendía hacerlo a la justicia militar, no quería que fuera con autoridades judiciales.

De la entrevista y del momento en que se realizaba tuvieron conocimiento el Presidente de la Repúiblica Carlos Salinas, el Procurador General de la República Jorge Carpizo y el Secretario de Gobernación Patrocinio González

Su trato con los Arellano fue hasta el día de la muerte del Cardenal igual como con muchos otros fieles de la iglesia Católica siendo entonces Rector del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en Tijuana B.C.

El habría efectuado servicios religiosos sacramentales, de estos el último fue un bautizo realizado el 24 de mayo de 1993 a las 12 horas del día en Tijunana precisamente el día del asesinato del Cardenal.

Los padrinos en ese bautismo fueron Benjamín Arellano Félix y Ruth González en una ceremonia privada donde se dio el sacramento a un varón hijo de Sergio e Imelda Ramírez.

La fecha de este bautizo dijo fue cambiada por la familia en dos ocasiones de allí las modificaciones en el libro de registros de la capilla , el registro en el libro fue de forma manual como se anotan todos los registros de la Iglesia.

La fecha real sin embargo fue anotada y es el 24 de mayo de 1993 sin que esto tuviera ningún dolo o condescendencia con la familia sino simplemente corregir lo que había asentado en forma adelantada apuntó.

El día del asesinato de acuerdo a Montaño, mientras Benjamín apadrinaba un bautizo, su hermano Ramón estuvo supuestamente en Guadalajara.

Sin embargo la familia quería hacer aclaraciones y por eso decidió ser enlace con la nunciatura apostólica, el objetivo era hacer algo por el bien de la iglesia y ayudar en descubrir en algo la verdad de la Muerte del Cardenal que aun es confusa pese al tiempo transcurrido 9 años.

El haber sido el enlace entre la Nunciatura y los Arellano fue a riesgo de su vida, y precisa, si el Procurador General de la República hubiera decidido cumplir con la detención de los Arellano era posible que yo me convirtiera en el rehén, porque entró y salió junto con ellos además de esperar una hora y media con el Ramón Arellano y su chofer en la nunciatura.

Pudieron emboscarlo o pudieron apostar francotiradores en las calles cercanas, sabían que estaban dentro y la unidad en que habían llegado al lugar.

El sacerdote lamentó verse nuevamente involucrado en este asunto en particular que Jorgre Carpizo lo acuse sin fundamento en un libro cuyos adelantos da la Revista Proceso.

Sin embargo este libro se antoja mas una novela que un documento fehaciente, documento que aclara, me cambia incluso de nombre para poner en el él de mi hermano.