El documento firmado por el Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación Francisco Javier Mayorga Castañeda establece una serie de medidas para el manejo y conservación de la pesquería de curvina Golfina, cuyas capturas han sido objeto en los últimos años de graves conflictos en la zona de pesca.

El plan de manejo elaborado por el Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA), el Consejo Nacional de Pesca, Consejos Estatales de Pesca y Acuacultura además de otras autoridades especializadas en el tema, pretende mantener la población de curvina golfina en niveles óptimos que permitan su aprovechamiento pesquero y reconoce que dicha pesquería es una de las que tiene mayor importancia en el Alto Golfo de California.

El documento compuesto por un resumen ejecutivo en el que se dan los pormenores de esta pesquería una especie endémica del Golfo de California, precisa su alto valor tanto por el volumen que representa junto con el beneficio económico para los pescadores que es significativo y en muy poco tiempo.

Dentro de los datos se establece que el volumen de captura en 2012 de la curvina golfina fue de 2 mil 665 toneladas de peso eviscerado, con un valor cercano a 50 millones de pesos a un precio ponderado de $18.86 por kilogramo, sin considerar el precio del buche (vejiga natatoria) que inició en 180 pesos el kilo y llegó a alcanzar 250 pesos el kilo en el 2012.

Al mismo tiempo establece que las estimaciones de la captura por unidad de esfuerzo de curvina refería un máximo para el 2012 de 1 mil 580 kilogramos que se capturan de febrero a abril y donde marzo representa el 50% de la captura total por la cercanía con la cuaresma donde el consumo de la especie aumenta significativamente.

En el mismo plan de manejo se indica que la curvina golfina es una especie endémica del Golfo de California que viaja a aguas menos profundas durante el desove y es entonces cuando se captura en la zona del Alto Golfo de California.

Puede llegar a medir hasta 80 centímetros de largo y vivir hasta 9 años según los especialistas.

Los mismos estudios consignados en el plan de manejo revelan que gran parte de la pesca de este recurso se realiza durante el periodo migratorio a los campos de maduración, desove y crianza, principalmente en los primeros días de las mareas vivas (pleamares), en los meses de febrero a abril, después del primer y tercer cuarto lunar, en ciclos o periodos de dos a tres días, en los canales del Delta del Río Colorado en los límites de Baja California y Sonora (Zonas Núcleo y de Amortiguamiento de la Reserva).

Se alimenta principalmente de sardina bocona (Cetengraulis mysticetus) y camarones.

Uno de los datos sobresalientes de este plan de manejo es la necesidad de estimar cada año el stock de curvina golfina debido a que se otorga una cuota de captura por temporada, lo anterior a permitido tener un mayor control del esfuerzo pesquero, el aumento de su precio en playa así como mayor certeza en los registros de captura, en 2012 el 45% de la captura se obtuvo en dos días de trabajo.

Uno de los riesgos de esta pesquería tiene que ver con las redes de enmalle donde una de las capturas incidentales es la totoaba (Totoaba macdonaldi) en veda en Baja California desde los años 70 por peligro de extinción.

En el documento de indica: La especie que es significativamente más vulnerable a estas redes es la totoaba (Totoaba macdonaldi). La pesca de curvina se realiza al mismo tiempo que se desarrolla la maduración, desove y crianza de la totoaba por lo que se han registrado totoabas sub-adultas y adultas capturadas por agalleras curvineras.

Otras especies que son capturadas en las redes curvineras son el chano norteño, tiburón bironcha, tiburón chango, tiburón cornuda, mako, tiburón blanco y vaquita marina, por lo que es necesario establecer medidas de control para el aprovechamiento de la curvina golfina reduciendo riesgos de interacción con otras especies.

El plan de manejo revisa las tendencias históricas de esta especie a partir de 1949 cuando un especialista señala que la curvina golfina se pescaba incidentalmente en la pesca de totoaba y que ambos organismos se exportaban en presentación de filete a California, E.U.

Aunque no existía un registro confiable de arribos tanto en México como en Estados Unidos, se llegó a estimar una captura aproximada de 27 toneladas anuales y embarcaciones de California capturaban curvina golfina en la entrada del Golfo de California.

La especie aparentemente dejó de migrar al Delta del Río Colorado durante 30 años (desde 1963) y se capturó nuevamente por pescadores inicios de la década de 1990, aunque su producción formal reinició principalmente en el Golfo de Santa Clara en 1992-1993 con capturas de 30 toneladas. La máxima producción se observó en el 2002 para Sonora, con un volumen registrado de 4,368.9 toneladas de peso eviscerado; para Baja California con una producción máxima de 1.147 toneladas de peso eviscerado en el 2007 (

Sobre la disponibilidad del recurso se indica que hay todo el año en menores cantidades pero en uno de los meses en marzo se captura el 50% del total.

Dentro de los datos se revela que para esta especie no existe un proceso de planta tipo inspección federal, ni la infraestructura para el procesamiento de las capturas de curvina golfina. El procesamiento es rudimentario y doméstico.

Sobre la comercialización las capturas en cada marea se procesan en cuatro etapas: desenmallado, eviscerado, limpieza y comercialización. Este subproducto eviscerado, se lava y se coloca en las cajas, a veces con hielo o agua, y se llevan a los centros de compra para su transporte y comercialización.

El producto se comercializa como fresco eviscerado o fresco-congelado, el canal de venta más común es por compradores locales que lo distribuyen principalmente a distintas ciudades, como el D.F. y Jalisco, y en menor proporción San Luis Río Colorado, Mexicali, Tijuana y Hermosillo.

Respecto a la demanda en la cuaresma su abundancia llega a desplazar a otras especies de la zona.

Uno de los datos de este plan de manejo se refiere a los grupos de interés como son las comunidades del Alto Golfo de California, donde hay asentamientos costeros de relativa reciente creación y desarrollo.

Las comunidades de San Felipe, Bajo Río y El Golfo de Santa Clara tradicionalmente han capturado curvina golfina, además de otros recursos pesqueros, esta actividad tiene una importancia relativa alta ya que son sitios en los que no existen actividades económicas alternas teniendo la familia una participación activa desde la captura hasta su venta.

Otro son los Cucapá un pueblo amerindio que vive en el Norte de Baja California, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México. Una parte de la tribu vive en Estados Unidos en la rivera del Río Colorado al Suroeste de Yuma, Arizona. La pesca es el sustento económico de la comunidad y su cultura está estrechamente relacionada al Delta del Río Colorado.

Las organizaciones pesqueras dedicadas a la pesca de curvina incluyen a sociedades cooperativas de producción pesquera (SCPP), uniones de producción pesquera (UPP), sociedades de producción rural (SPR) y permisionarios.

En 2012, se tienen registradas cerca de 80 SCPP en el Golfo de Santa Clara. 2 SCPP, una UPP y 4 SPR en el Bajo Río y la comunidad Cucapá. La mayoría de los permisionarios se localizan en San Felipe.

En el documento se revela que de acuerdo a la Carta Nacional Pesquera (DOF, 2010) en la ficha correspondiente a la curvina golfina, en el apartado de estatus que la pesquería se encuentra aprovechada al máximo sustentable.

Dentro de las recomendaciones se indica limitar la capacidad total de pesca, restringiendo el número de permisos disponibles para operar en la pesquería pero enfrenta resistencias de parte de los pescadores.

Las recomendaciones

La restricción del esfuerzo en la pesquería de escama en general

Tipificar a permisos de pesca comercial de curvina golfina

Hacer efectiva esta recomendación

Especificar número efectivo de embarcaciones permisibles

Emplacamiento de embarcaciones autorizadas

Observancia del periodo de veda

Cumplimiento a la restricción de no ingresar a zona núcleo.

Proteger áreas de reproducción o crianza, en hábitats costeros y estuarinos.

Capturar ejemplares con talla adecuada para optimizar el rendimiento

Restringir las tallas de captura

Regulando las características de los equipos de pesca empleados.

Prohibir o restringir las actividades de pesca en la zona núcleo.

Aplicar medidas para reducir la captura y mortalidad de especies y tallas no objetivo de la pesquería, especialmente totoaba y evitar las capturas nocturnas y en mareas muertas.

Uno de los planteamientos tiene que ver con continuar con los trabajos experimentales para la adecuación al cautiverio de la especie, con fines de sentar las bases para el desarrollo biotecnológico del cultivo de la misma.

Asimismo plantea a las autoridades de los tres niveles de gobierno enfocar esfuerzos en estudios encaminados a la reconversión de actividades y diversificación de la pesca con la finalidad de obtener la disminución del esfuerzo pesquero.

Se recomienda que este Plan de Manejo se actualice cada tres años.

El Acuerdo entrará en vigor al día siguiente al de su publicación en el Diario oficial de la Federación.