A dos años de distancia que fueron restauradas las Pinturas del Centro Cultural Riviera, edificio declarado monumento artístico de Ensenada, no se tiene aun los permisos del Instituto Nacional de Bellas Artes para que se hubieran hecho estas actividades.
Documentos en poder de Ensenada.Net, confirman el expediente donde se solicitan numerosos documentos sobre esta restauración que no se habían entregado hasta mayo del 2013.
Consultado al respecto, Alfredo Derek, quien restauró las obras inéditas de Alfredo Ramos Martínez, las cuales forman parte del patrimonio cultural de Ensenada confirmó que el nunca tuvo acceso a estos documentos que desde el 2011 fueron solicitados por medio de Transparencia al Director del Centro Cultural Riviera Jorge Ramírez.
Las obras que se han hecho en el Riviera pues, a menos de cuatro meses de concluir la Administración Municipal, carecen de un sustento legal ya que no hubo en el proceso el permiso del INBA para efectuar en el monumento cambio alguno y se hicieron muchos.
Derek, quien es licenciado en Artes Visuales con especialidad en investigación de pintura sacra del S. XVII al XIX, de la Escuela de Artes de la Universidad de Guadalajara, explicó su preocupación por esta restauración donde el fue contratado bajo la premisa de que los permisos estaban en trámite.
Derek fue el encargado de la restauración de las obras del Riviera, tanto las del Salón Casino realizadas por Alfredo Ramos Martínez y la pintura del Bar Andaluz.
Explicó que la restauración no tuvo permiso, quien tiene que entregarlo es el Centro Nacional de Conservación y Registro del patrimonio artístico Muebles CENCROPAM y no existe, es un gran problema porque hubo un atentado al patrimonio de los Enseandenses.
No hubo permiso, no hubo asesoría del gobierno Estatal, hubo la modificación de un lienzo que se desprendió de la pared y estaba prohibido de acuerdo al artículo 13 y 14 de la Ley de Monumentos y Zonas Arqueológica artísticas e históricas.
No hubo inspección, no se apegó a tratados internacionales y se violaron numerosos artículos de distintas leyes sobre patrimonio artístico.
Derek reveló que ante la insistencia de Transparencia sobre los permisos, y derivado de una serie de cuestionamientos del Exdirector del Riviera, José Luis Fernández Ruiz, él empezó a investigar y documentarse sobre el tema y encontró que había numerosos huecos, y los documentos que él solicitaba, nunca los conoció.
Posteriormente de CENCROPAM le confirmaron que no hay permisos para la restauración del Centro Cultural Riviera.
Precisó que a lo largo de la restauración de las pinturas, él desarrolló bitácoras de trabajo de junio del 2011 a enero del 2012, donde está fotografiado y documentado el proceso.
Son dos bitácoras de una investigación personal del salón casino de las obras de Alfredo Ramos Martínez dividido en seis lienzos de fotografía y documentos.
La segunda bitácora es del Bar Andaluz con fotos y documentos,
Son documentos históricos que se entregarían a un archivo especializado pero no la actual Dirección del Riviera.
Explicó que éste es un edificio que debe protegerse y en los últimos dos años y medio se le han hecho modificaciones que no forman parte del edificio original que fue catalogado como monumento histórico e incluye la destrucción de algunas piezas de herrería de las chimeneas, de astas en los jardines y la construcción otras piezas que no forman parte del edificio.
Esto agregó Derek, Jorge Ramírez lo sabía que no contaba los permisos y ha dado a transparencia largas para entregarlos porque no se tenían antes ni se van a tener después.
Debieron estar antes de empezar la restauración y no estaban.
El Riviera tenía un reglamento aprobado pro Cabildo como por el INBA para poderle dar el nombramiento como Monumento artístico.
Ese reglamente se publicó en 2007, pero en el 2010 con el cambio de administración se empezaron a realizar nuevas correcciones para que en el 2012 se hiciera un nuevo reglamento, que desapareció el Consejo Consultivo del Riviera, un Consejo Técnico y un Patronato.
Con ello, desapareció también la obligatoriedad de tener instituciones académicas que vigilaran el correcto tratamiento del Centro Cultural Riviera.
Esto para que en caso de una modificación importante se le informara al Consejo Técnico del Riviera, aunque aún no se tenía la obligación como ahora de informar al Instituto Nacional de Bellas Artes.
No se ha hecho y la decisión queda en mano de una sola persona y ningún experto en Monumentos históricos.
Dos de las pinturas de Alfredo Ramos, en el Salón Casino.
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