La semana pasada le planteamos: De concretarse el aumento al IVA (del 11 al 16 %) usted ¿incrementará sus compras en Estados Unidos? El 78 por ciento de los participantes nos dice que si. Gracias a todos por expresar su opinión.
Es cuestión de lógica: cada administrador de familia buscará la manera en que el dinero le rinda más. Ir de compras a otro lugar por ciertos artículos ofrece la ocasión perfecta para que, aprovechando la vuelta, también se adquieran otros productos.
Si el consumidor ve mermada su capacidad de compra, el siguiente afectado es el comerciante local y después las familias que dependen de forma directa e indirecta del comercio. El resultado: menos dinero circulando en las ciudades fronterizas.
El gobierno tendrá que recalcular el impacto de esta medida recaudatoria porque en una de esas le va peor, con un porcentaje más alto sobre un número menor de operaciones.
En el texto de la reforma hacendaria, el gobierno federal expone los motivos por los que plantea la homologación del IVA. Estos son algunos de los puntos:
“El ingreso promedio per cápita en la zona fronteriza del país, en donde se aplica la tasa reducida, es mayor al promedio nacional en 27%”.
“El porcentaje de la población en condiciones de marginación alta y muy alta es considerablemente menor en la zona fronteriza.”
“En su momento, el otorgamiento de dicho beneficio obedeció a la necesidad de mantener la competitividad entre los contribuyentes que residen en la citada región. Su justificación estuvo basada principalmente en el aislamiento que existía de las poblaciones fronterizas y el resto del país.”
Vamos… lo de siempre. Baja California analizada desde la perspectiva del centro del país y no en su contexto real.
Quizás valdría la pena que los funcionarios se preguntaran si factores como mayor ingreso per cápita y menos población en condiciones marginales no se deben, aunque sea en parte, precisamente a que el IVA es menor.