Sabía que en la ciudad se estaban realizando tandeos de dicho líquido, por lo que lo tomé con calma. Bueno, no hasta el momento que miré llegar un grupo de personas que tenían una cita de negocios con uno de mis compañeros en la sala de juntas. Sabía que muy probablemente alguno de ellos podría utilizar el baño, por lo que como medida preventiva fui a comprar dos garrafones y llené unas cubetas para cualquier situación que se presentara.

Ya sabrán cómo funciona esto. Tantos cortes de agua al día que parece que tienes que adivinar la hora exacta para poder bañarte o lavar los trastes. Uno como empleado en una oficina tiene que ingeniárselas de varias maneras también.

Lo curioso aquí es que luego de tres días sin agua en la oficina y ver que no había ningún adeudo con la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) me dirigí a revisar el medidor.

Cuando levanté la tapa de cemento, de donde salieron un montón de arañitas, me di cuenta que en el medidor hacía falta una pieza llamada coplee, la cual está hecha de cobre y en su lugar estaba un tapón de plástico.

Como recordarán mencioné que no había ningún adeudo en la cuenta de la oficina, por lo que mis compañeros y yo, estando empapados de tanta noticia policíaca y por el sentido común, creímos que alguien había robado la pieza de cobre en la oscuridad de la noche.

Ante esto solucionamos el problema pagando a un plomero para que comprara la pieza y pusiera de nuevo en función el medidor para que regresara el agua. Y así fue.

Sin embargo, este lunes nos volvimos a quedar sin agua. Como la otra vez, al principio pensamos que se debía a los tandeos, pero al revisar el medidor, nos percatamos que habían vuelto a quitar la pieza de cobre y en su lugar había un tapón de plástico.

Enseguida nos vino a la mente que nos habían robado, por lo que un compañero le volvió hablar al plomero quien compró otro coplee para instalarlo, pero al recibir un correo electrónico de la administradora, quien se encontraba fuera de la ciudad, quedamos enterados que no pudo hacer el pago del servicio a tiempo, por lo que ese fue el motivo de que esta vez nos cortaran el agua.

Ese mismo martes intentamos saldar la cuenta en un cajero automático de CESPE ubicado en la Calzada Cortez, pero resultó que se encontraba fuera de servicio. Ante lo ocupados que nos encontrábamos yo y mis compañeros para ir hacer el pago en las oficinas de CESPE, decidimos posponerlo para el día siguiente.

Este martes por la mañana llegó un hombre con una camisa azul con el logotipo de CESPE a bordo de un vehículo particular sin ningún logotipo oficial. El hombre se dirigió al medidor y colocó un segundo sello para bloquear el flujo de agua.

Al acercarme a él y preguntarle por el motivo señaló que había un adeudo, y cuando le comenté que un mes antes había desaparecido el coplee de cobre, dijo que él se lo había llevado.

Cuando le pregunté que si cuando lo devolvería explicó que cuando se volviera a reinstalar el servicio. En cuanto se fue, fui a la calzada Cortez donde un amable empleado me ayudó para realizar el pago en el cajero. Mismo que me recomendó que hiciera una llamada telefónica a la paraestatal con el fin de apurarlos con la reconexión del servicio ya que mencionó pueden tardar más de dos días.

Dos días que en una oficina donde gente llega a pasar más de seis horas y hay un flujo constante de clientes o colegas es un verdadero problema que no haya agua. Por lo que realicé la llamada y me dijeron que reconectaría al día siguiente.

El riesgo era quedarnos sin agua todo el fin de semana santa, cuando nosotros si trabajamos como si fuera normal por lo que se buscó la forma de apurar el asunto y mas tarde enviaron a un empleado de CESPE.

El trabajador llegó al medidor el cual tuvo que cambiarlo por completo, pues el hombre que anteriormente había colocado los sellos lo había descompuesto. Asimismo, este empleado de CESPE, quien si venía en un vehículo oficial y tenía una camisa muy diferente a la del primer hombre, señaló que no debieron colocar el segundo sello para cerrar el flujo del agua, pues eso sólo se hace en cuentas que tienen una deuda realmente alta y no una que solo debía 484.82 pesos como la de nuestra oficina.

Al cuestionar al empleado sobre cómo o a que instancia se podía hacer una queja sobre el servicio del primer empleado (quien nunca regresó la primera pieza de cobre), explicó que no sabía ya que ellos trabajan de forma independiente y por eso utilizaban vehículos particulares.

He ahí el problema, pues en caso de que vuelva a desaparecer una pieza de cobre o tales empleados “independientes” descompongan un medidor ¿quién responderá ante esto? Y en este caso ocurrió en la oficina de un medio de noticias, pero, ¿cómo puede resolver un ciudadano si una de estas situaciones ocurre en su casa particular? ¿responderá CESPE con la misma velocidad que con la de un medio de noticias? ¿Se le han desaparecido esas piezas de cobre?