El dolor de los músculos del cuello, hombro o espalda, ocasiona que la cabeza se mantenga torcida y hacia un lado por la contractura de los músculos. También puede ser hereditaria, debido a cambios específicos en los genes o desarrollada como resultado del daño al sistema nervioso o muscular.

Este padecimiento, indicó, puede desarrollarse a cualquier edad y se clasifica en tortícolis congénito que se presenta al nacer y puede ocurrir si la cabeza del feto está en posición incorrecta mientras crece en el útero; si hay una lesión a los músculos o algún problema en el riego sanguíneo del cuello del feto.

Otra de las modalidades es tortícolis espasmódico, se presenta con el estrés y fatiga. Cuando la enfermedad se presenta sin causa conocida, es considerada idiopática.

Real De la Cruz afirmó que el tratamiento empleado para tratar esta afección incluye fármacos de relajación muscular y collarín, dependiendo el grado de afectación.

Advirtió que aun cuando sea molesto llevar en el cuello un aditamento que le de soporte a la cabeza, es recomendable no quitarlo hasta que el médico lo indique para lograr la recuperación que se requiere, ya que cualquier momento -un mal paso, voltear hacia un lado o detenerse rápidamente-, puede causar que la lesión se agrave y el dolor sea más intenso.

Sugirió evitar los masajes o frotación enérgica en la zona, ya que podrían inflamar aún más las terminaciones nerviosas de la zona, por lo que exhortó a los derechohabientes a que acudan a su Unidad de Medicina Familiar para que un doctor les indique el tratamiento a seguir.