Residentes de San Quintín viven entre basura por falta de un relleno sanitario y este problema al parecer continuará porque la obra que realizó el Gobierno del Estado, y que costó 7 millones de pesos, se fincó en un terreno en litigio informó el alcalde de Ensenada, Gilberto Hirata Chico.
“El estado lo entregó al ayuntamiento pero ese terreno no es de nosotros, no es del ayuntamiento, porque la persona que lo donó, antes de donarlo y entregarlo oficialmente al gobierno, falleció. Y otra cosa, están disputándose el terreno dos familiares”, respondió el presidente municipal para justificar la falta de servicio en esas zonas.
Aunque Hirata Chico reprochó a la regidora Alicia Yesenia Rivera Santoyo, que ésta haya hecho un exhorto al cabildo para que se solucione el problema de la basura en las delegaciones del sur sin antes investigar, lo cierto es que las autoridades, tanto estatales como municipales, han ocultado información.
En 2011, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) entregó al Gobierno del Estado el recurso económico para que ese mismo año abriera la licitación. La obra fue construida por la empresa constructora Paymar, propiedad de Wenceslao Martínez Santos, quien es diputado electo por el Partido Acción Nacional (PAN).
Una de las declaraciones que en su momento emitió el director de Servicios Públicos Municipales, José de la Luz Valdés, fue que el relleno sanitario estaba a medias y que incluso por la falta de mantenimiento necesitaba de mayor inversión.
“Primero (el Gobierno del Estado) nos había dicho de un proyecto hace dos años, pero luego comentaron que siempre no, porque el recurso no se ajustó al proyecto que traían, además, no se les conectó el alumbrado, ni luz eléctrica, la báscula quedó corta, que al final es lo que vamos a colocar nosotros. No se cercó, además, donde van los lixiviados quedó abajo, se tiene que levantar tres metros para elevarlo a nivel de terreno natural”, detalló.
Dijo que dada la necesidad que existe en San Quintín, Camalú y la colonia Vicente Guerrero, por tener un espacio dónde tratar sus desperdicios, el ex alcalde Enrique Pelayo Torres lo recibió así para que de inmediato quedara en funcionamiento.
Los camiones recolectores tiran la basura en un predio contiguo, propiedad del Ayuntamiento de Ensenada, donde se incinera, pero la contaminación ha rebasado los límites y es urgente poner a funcionar el relleno.
También César Cuevas Ceseña, delegado de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE) en Ensenada, a quien correspondió lanzar la licitación omitió estos detalles sobre el estatus jurídico del predio.
Aunque se entregó formalmente en agosto de 2013, desde septiembre de 2012 se terminaron los trabajos en las parcelas 127 y 128 del Ejido Nuevo Baja California, en Lázaro Cárdenas.
El espacio es para 150 toneladas, con una profundidad aproximada a tres metros; una báscula de hasta 18 toneladas, cuando cada camión traslada alrededor de 16 toneladas -a pesar de que está dentro del rango, resulta insuficiente para que entren otros camiones con mayor capacidad-; además de oficinas, baños y área para residuos peligrosos. Los residentes generan 80 toneladas diarias de desperdicios.