Por el momento el uso de bloqueadores de publicidad es reducido y esto permite que miles de empresas en el mundo utilicen un modelo que sin duda es una herencia de los medios tradicionales: Crear contenidos que se ofrecen al público de forma gratuita y obtener recursos económicos por medio de la venta de espacios para anuncios.

A diferencia de lo que sucede en otros medios, Internet ofrece una retroalimentación constante y puntual sobre lo que se emite, de hecho, cada mensaje puede tener un seguimiento preciso sobre el impacto que tiene en el público.

Desde la perspectiva del IAB, en caso de que se incremente el número de personas con bloqueadores de publicidad, se mermará los ingresos de quienes producen contenidos y esto obligaría a un cambio en el modelo de negocios. Al no ser viable el financiamiento por los anunciantes, la alternativa sería que los sitios dejasen de ser gratuitos y que cada persona realice un pago por el uso de ellos.

Aunque el problema se aborda desde lo técnico y lo legal, se busca evitar una guerra similar a la que se enfrentan los programas antivirus contra los productores de software malicioso. Ante esto, lo que se buscará es hacer conciencia en los usuarios finales respecto a lo que implica instalar un bloqueador de anuncios; también se establecerá contacto con editores que abusan de la publicidad y que motivan esta actitud por parte del usuario.

Independiente de lo que puedan lograr, si algo ha enseñado la historia reciente es que el comportamiento de los consumidores se transforma con cada avance tecnológico. El cambio en el modelo de negocio no sólo afectará a los sitios que dependen de la publicidad, sino a los usuarios de ellos que deberán pagar por algo que ahora es gratis.