Las investigaciones en torno a la movilidad del borrego cimarrón, que iniciaron en el 2013, continúan por parte de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), el Gobierno de Baja California, la secretaría de protección al ambiente (SPA) y el Zoológico de San Diego.
Este miércoles se realizó una conferencia a cargo del investigador Jorge Alanís García, de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, en las instalaciones de la ex-cárcel en la zona centro, denominada “Borrego cimarrón y sociedad” que fue organizada por el Seminario de Historia de Baja California.
A grandes rasgos, se habló sobre la historia del animal, los estudios, inversiones públicas, privadas y el atractivo físico para aficionados a la cacería.
Mencionó entre tanto que una amenaza para la especie, además de las naturales, como enfermedades y depredadores principalmente el puma, se habla de la inversión en infraestructura en zonas borregueras, tanto en la Rumorosa como en El Rosario y partes de la sierra.
En el último año se ha hablado de empresas dedicadas a la generación eléctrica en Baja California que omiten estudios sobre el impacto que tendrán hacia la especie.
Como parte de la presentación, se dio a conocer el último censo de 381 cimarrones en 2010, sin embargo, hay otras extraoficiales de ejidatarios que aseguran que la población es mayor.
Aunque aún no se define la aprobación de permisos de caza, hay comunidades indígenas y ejidatarios del municipio de Ensenada están interesados en obtener autorizaciones por medio de Unidades de Manejo Ambiental (UMA) para el aprovechamiento de la especie. Ya sea avistamientos, recorridos guiados o caza.
El cimarrón es conocido también como borrego del desierto o peninsular, es la especie más importante del país, la gente de Baja California se identifica y su cornamenta es de lo más preciado.
“Sus cuernos son un trofeo muy preciado. Se evalúan de acuerdo a medidas, largo y forma del cuerno, también se les asigna un puntaje que entre más alto es el número, el valor de su caza es mayor. Existe un sector de la sociedad que paga hasta 300 mil dólares por una sola pieza”.
Explicó el académico que el avistamiento de los ejemplares se realiza en helicóptero dentro de su hábitat, el cual es escabroso. Por la rapidez con que se mueven las tomas en video no deben ser de no más de 10 ó 15 segundos porque los animales chocan y se hacen daño.
“Por la velocidad que desarrollan (los cimarrones) ni un puma ni un organismo viviente puede atraparlos, solo este animal posee esta característica. Su adaptación al terreno está diseñada perfectamente, es una maquinaria especializada, por eso es un atractivo, su fortaleza fisiológica y anatómica, en una pendiente prácticamente vuela para realizar un escape”, detalló.
Consideró que el tema del cimarrón es de todos, que en el caso de los permisos de caza éstos no deben politizarse e invitó a la sociedad a involucrarse en los programas de conservación y aprovechamiento que llevan a cabo en la institución.