El grupo se reunió a medio día en la explanada de la Plaza Cívica y colocaron cinta gris en la boca en señal de que en México se ha perdido la libertad de expresión.

Zahady Nolasco, presidenta de la Asociación de Periodistas de Ensenada (APE), encabezó el encuentro, mencionó que en Baja California últimamente no hay registros oficiales de reporteros acribillados o amenazados de muerte pero aún así la sociedad no debe "quitar el dedo del reglón" para evitar más agresiones.

Hizo un llamado (a las autoridades) para esclarecer los casos violentos que se han presentado en contra de los comunicadores.

Por otro lado la periodista Olga Aragón, quien además de conocer a Javier Valdéz, fue compañera de la periodista de La Jornada, también asesinada en marzo, Miroslava Breach, compartió el trabajo que ella realizaba en las comunidades, en especial en las de Chihuahua donde los habitantes están dominados por el narcotráfico.

La describió como una periodista “completa” cuya muerte es equiparable a la de Javier, y que lamentablemente no hay detenidos por ninguno de los casos.

"No hay voluntad, disposición, ni capacidad para resolver estos crímenes".

Ambas enviaron un mensaje de solidaridad y condenaron el hecho de que el sistema político del país deje impunes los asesinatos. Tras la lectura de los discursos ofrecieron un minuto de silencio en solidaridad a los compañeros del gremio asesinados en los últimos meses en el país.