Tras el tiradero de agua negras entre las calles Río Usumacinta y Atoyac, del fraccionamiento Valle Dorado, por el estallido de tuberías, se generó un gran boquete en el pavimento debido blando de la tierra y las reparaciones.
Los vecinos se quejaron del mal aroma que expidió el agua que corrió durante la mañana del miércoles por varias calles de Valle Dorado y, que, conforme subía la temperatura eran insoportables.
Pero este jueves, el hoyo era aún más grande que el que dejaron los trabajadores y los afectados aseguran que es un peligro para quienes habitan alrededor de donde ocurrió la falla. Como también temen que se propaguen enfermedades.
La obra es responsabilidad de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) y las cuadrillas han estado trabajando para reparar el daño, incluso en propiedad privada.