El domingo 17 de enero de 1988 una tormenta invernal que trajo marejada y vientos superiores a los 100 kilómetros por hora generó en el Puerto de Ensenada uno de los más grandes desastres en su historia marítima.
El oleaje que superaba los seis metros de altura, simplemente brincó el rompeolas, arrastrando a su paso todos aquellos barcos cuyas amarras no resistieron el embate del mar quedando encima de las escolleras, encallados, varados y hundidos.
En pocas horas, miles de pacas de algodón procedentes del Valle de Mexicali, que estaban acomodadas en el cobertizo portuario listas para su exportación fueron arrastrados al mar.
Durante varios días los ensenadenses podían observar las pacas flotando o arrastradas a las playas.
La mañana del lunes 18 de enero de 1988, el reportero Lázaro Márquez y su camarógrafo Alberto Alcaraz, acudieron al puerto generando las imágenes que a raíz del temporal que azotó al puerto de Ensenada esta madrugada del 18 de enero del 2019,31 años después, son retomadas para la historia con los datos de dos libros, Historia de la pesca del Atún y Astilleros.
Ese domingo 17 de enero de 1988, según consigna en el tercer tomo de la Historia de la Pesca del Atún de José Adán Chairez Antuna, alrededor de las cuatro y media de la tarde Ensenada se quedó sin energía eléctrica. Empezaba a llover con fuerza y el viento arreciaba con rachas cada vez más intensas y olas más altas. Granizó.
Durante todo el fin de semana y hasta el lunes, el temporal se mantuvo para dejar al final un costoso saldo; 24 barcos afectados, cinco secciones de un dique flotante arrastrado y destruido junto con siete mil toneladas de sales fertilizantes que se diluyeron en el mar y daños incalculables a la infraestructura portuaria.
Trece atuneros, un sardinero, un anchovetero, un sargacero, un carguero, un remolcador, dos dragas, dos palestras, una barcaza de Pemex y un yate deportivo son los barcos que de acuerdo a la información de la época fueron dañados de los cuales 22 quedaron fuera de operación.
Los atuneros que se dañaron de acuerdo al mismo documento, representaban el 15 % de la flota nacional.
El Audaz, El Centauro del Norte, Coinseco Beta, Casco 427, Mariano Asista, Mariano Matamoros, Mariano Escobedo, Mariano Otero, El Bucanero, Bruja del Mar, José Gerardo, Todos Santos y Bracero del Mar.
Otra de las pérdidas fue el dique flotante del grupo Peredia, de acuerdo a lo que consigna en su libro “Astilleros” del Capitán Joaquín Prieto Guzmán.
Apunta que el temporal afectó las cinco secciones del dique flotante de Peredia, uno de los más modernos en su tipo, que se perdió en su totalidad.
Un hecho que obligó años después a mejorar la infraestructura, elevar el rompeolas, pero que aún así resultó insuficiente 31 años después al inundarse de nuevo parte del recinto portuario.
Video cortesía Alberto Alcaraz.