En ruta rumbo a Hong Kong, el barco con bandera de las Islas Marshall tuvo que ingresar a la Bahía de Ensenada por un desperfecto en sus máquinas, fondeándose entre la Isla Todos Santos y Punta Banda, convirtiéndose desde entonces en parte del paisaje marino.

Con poco menos de una veintena de tripulantes de nacionalidad extranjera, en su mayoría filipinos, a poco de fondearse fueron sustituidos por una nueva tripulación que posteriormente dejó el barco. Hoy apenas una o dos personas cuidan la embarcación.

A poco de haberse fondeado la nave fue sujeta a un embargo por un juzgado federal y desde entonces a la fecha, dicho litigio ha evitado que autoridades mexicanas puedan entregarle a los propietarios un despacho de zarpe para continuar el viaje, confirmaron fuentes oficiales.

Cargado de Bauxita la embarcación trasladaba el mineral con destino a oriente donde sería reconvertido en aluminio. A dos años de distancia, mantiene la carga de varias miles de toneladas en su bodegas.

Su futuro sigue en manos de abogados y juzgados en medio de un litigio de corte internacional que lo mantendrá el tiempo que sea necesario formando parte del paisaje hasta que se defina un ganador.