La directora de la Unidad de Medicina Familias (UMF) No. 13, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en San Quintín, Perla Zepeda Menchaca, explicó que este padecimiento es el contagio de diversos tipos de parásitos que pueden causar daños al organismo.

Pueden ser de dos tipos: por Helmintos, que son gusanos (como áscaris lumbricoide y tenía) mientras que los Protozoos son las amibas entamoeba histolytica y giardia intestinal.

Ambas pueden presentarse en cualquier persona, sin embargo, es más común en los niños, puesto que son los que suelen llevarse objetos a la boca y frecuentemente no se lavan las manos antes de comer, lo que provoca así que los huevecillos fecundados de parásitos, lleguen al aparato digestivo.

Una vez que el huevo llega al intestino delgado, éste se abre, las larvas atraviesan las paredes intestinales y viajan a través del torrente sanguíneo hasta llegar a los pulmones, pasando por el hígado, el corazón y el sistema respiratorio.

La principal forma de contagio es beber o lavar frutas y verduras con agua contaminada, así como llevarse las manos a la boca después de haber estado en contacto con superficies contaminadas.

Explicó que los pequeños que están infectados suelen tener náuseas, espasmos abdominales, diarrea repentina, y en casos severos pérdida de peso y anemia. En algunos casos la enfermedad es asintomática.

Recomendó la desparasitación de todos los miembros de la familia cuando menos dos veces al año, aprovechando que en las clínicas del IMSS se hacen exámenes parasitológicos para diagnosticar y dar el tratamiento adecuado a los derechohabientes, por lo que insistió en que se debe acudir a su médico ante los primeros síntomas.