El primer caso de coronavirus Covid-19 dejó en Ensenada muchas preguntas sin respuesta, luego de una escueta cifra sin un solo dato que permita a la sociedad reforzar las medidas de seguridad y prevención.

Si bien la Comisión de los Derechos Humanos exigió que se respete la privacidad y la identidad de un enfermo de esta contagiosa enfermedad que tiene al mundo de rodillas en medio de una contingencia inédita, los derechos humanos de los ensenadenses también deberían tener un valor en esta ecuación.

Y no se trata de señalar simplemente a un enfermo sino de que la autoridad precise datos básicos y con eso no me refiero a identidades y direcciones, sino que garantice que no solo son una calculadora que suma enfermos, deja en veremos sospechosos e informa de muertos en Facebook con gráficas diarias del comportamiento del contagio.

Se trata de la necesidad de que en medio de la incertidumbre que todos vivimos, por esta enfermedad que viaja en un microorganismo invisible a los ojos, se nos respondan muchas preguntas:

¿La paciente, una mujer de 55 años, vivía sola, con amigos o familia?

¿Acababa de llegar a Ensenada, es residente o de otra ciudad?

¿Fue asintomática varios días, cuantos, donde, que hizo, con quien tuvo contacto?

¿Fue al mercado, a la tienda, a la panadería, a la tortillería a un Oxxo?

¿Llevaba puesto un cubrebocas, siguió las reglas que la mayoría estamos siguiendo sobre el lavado de manos y uso de gel?

Su familia, sus conocidos, la gente a su alrededor esta cuarentenada.

¿Las personas que no están en su círculo inmediato pero que tuvieron contacto con ella, están cuarentenadas? ¿Saben quiénes son? ¿Hay un seguimiento puntual o solo cuentan los que llegan a hospitalizarse?

Son preguntas básicas que las autoridades deben precisar, de referir cuales son los protocolos que se está siguiendo en cada caso positivo o sospechoso para que la sociedad pueda confiar.

Decir simplemente que debemos seguir los canales oficiales cuando oficialmente no hay respuestas claras ni concretas ni concisas no abona a la confianza en una sociedad que hoy como nunca trata de confiar en sus autoridades y esto las obliga como nunca ser absolutamente transparentes.

P.D. Recuperar la confianza en las autoridades es una oportunidad única y de quienes están a cargo es la decisión. ¿La tomarán con la responsabilidad que implica o harán lo mismo de siempre y mentirán por omisión?