Destacan dentro de los primeros pioneros que dieron impulso a Campo los hermanos Lumen H. Gaskill y Silas E. Gaskill estableciéndose en 1868. Adquirieron grandes superficies de terreno donde construyeron la primera tienda, la herrería, el molino harinero así como hotel y cantina y otros negocios. Criaban ganado vacuno y bobino en ambos lados de la frontera y bastante al interior de la Baja California. Tenían más de 400 colmenas de abejas y en un verano colectaron más de 30 toneladas de miel. Esta cosecha fue la segunda, en importancia en ese año en los Estados Unidos.

La tienda y los demás negocios estaban en un lugar ideal ya que estaba en el principio de la cuesta hacia Jacumba y el camino a Yuma, Arizona donde las diligencias y las carretas de carga llegaban a cambiar caballos o mulas frescas.

Eran sin duda unos buenos comerciantes, los hermanos Gaskill, sin embargo había muy fundadas sospechas que se ayudaban en su éxito con actividades delictivas, principalmente con el robo de ganado caballar y vacuno, especialmente en el lado mexicano de la línea fronteriza.

El 4 de diciembre de 1875 se suscitó un evento en ese lugar, Cruz “Pancho” López al frente de los remanentes de la banda de Tiburcio Vázquez atacaron a los hermanos Gaskill hiriendo a los dos y matando a un pastor borreguero de origen francés que se encontraba de paso, sin embargo los cuatreros sufrieron la baja de dos de ellos y quedando heridos tres que fueron linchados esa noche, ahorcándolos en un viejo encino que aún está señalado como “the hanging tree” (El árbol de los colgados) Cada año en esa fecha se lleva a cabo una recreación del crimen, quedando como héroes los ya famosos hermanos Gaskill.

Mi interés en compenetrarme un poco sobre la historia de estos hermanos tiene que ver con el noruego Jacob B. Hanson, quien a fines de junio de 1885 tuvo que realizar un viaje de su rancho en La Laguna, que hoy lleva su nombre en la Sierra de Juárez, con dirección al norte, precisamente a Campo, California donde se especula tenía relaciones comerciales con los hermanos Gaskill. En ese viaje, Hanson, desaparece para nunca más saber de él o de su cuerpo. La calesa que el llevaba y sus dos caballos fueron localizados, unos días después en los terrenos aledaños a la tienda de los Gaskill. En la parte posterior al respaldo del asiento se encontraron huellas de sangre y de cinco impactos como de perdigones de escopeta rellenados con madera y cubiertos con una capa de pintura aun fresca.

Un par de semanas después Juan Montenegro, representante del gobierno en Ensenada, sorprendió en los terrenos del rancho de Hanson, en La Laguna a 8 norteamericanos, armados, que cambiaban las marcas de herraje en el ganado de pastura y propiedad de Hanson. Al frente de los americanos estaba Luman Gaskill acompañado de James B. Ward, quien había sido empleado de Hanson pero despedido del trabajo a mediados de junio de ese mismo año. Quedando ellos dos arrestados en compañía de un tercero, el mexicano Andrés Adams. Sometidos a juicio en Ensenada y al cabo de más de un año se les encuentra culpables, no de asesinato, ya que nunca apareció el cuerpo de Hanson pero si de robo de 200 cabezas de ganado y de destrucción de propiedad. Adams escapo de la justicia y se dijo se internó en los Estados Unidos. Ward murió en prisión y Gaskill sentenciado a 4 años y 27 días, para ser cumplirlos en la cárcel de La Paz, al sur de la península. Al no haber fondos para su traslado y debido a los costos de mantenerlo encerrado se le conmuto su pena por libertad condicional, quedando comprometido a acudir en persona al juzgado cada tercer día. No hay información confiable en relación del cumplimiento de la sentencia, yo en lo personal tengo mis dudas.

Se sabe con certeza que ambos hermanos Gaskill vivieron normalmente al frente de sus negocios hasta 1896 que los vendieron a Ed Aiken y se mudaron al área del Rio Colorado hasta 1902 en que disolvieron su sociedad y se retiraron a vivir en paz en San Diego.

Sin duda un crimen que nunca quedo debidamente aclarado. Sin haberse encontrado a la víctima y sin que los criminales pagaran su culpa.