Erle Stanley Gardner (17 de julio de 1889, Malden, Massachusetts - 11 de marzo de 1970, Temecula, California )fue uno de los más prolíficos escritores estadounidenses. Sus obras, tanto bajo su propio nombre como con más de media docena de seudónimos han sido traducidas a casi, si no todos, los idiomas del mundo actual. Sin duda el personaje más reconocido, de su creación, fue Perry Mason.
Los éxitos económicos que tuvo le permitieron desarrollar gran cantidad de actividades tanto de recreación como de investigación y exploración.
Cuando era un pequeño y atendía la escuela primaria en su nativo estado de Massachusetts Estados Unidos, en uno de sus libros de geografía, un mapa de la zona norte de México indicaba, (incorrectamente), que el área central de Baja California era “inexplorada”. Este hecho por si insignificante, le impresiono de tal manera que le hizo tener el deseo desde entonces y hasta su muerte el de explorar la península de Baja California. Esos recorridos que realizo por poco más de 30 años le crearon un amor apasionado por las bellezas naturales y artísticas, hoy en día, patrimonio artístico de la humanidad.
Su presencia en Baja california se manifestó públicamente en 1947 cuando publico su novela “La tierra de las sombras cortas”.
Stanley Gardner hizo sus recorridos en toda clase de vehículos, incluso algunos de su propia manufactura. Viajo en: lancha, bote y barco; camión, camioneta, y automóvil (todos de doble tracción); motocicleta, triciclo y cuatrimoto (muchos antes de que se comercializaran estos vehículos); avión, avioneta, helicóptero y finalmente el más increíble en globo dirigible. También sin olvidar la necesidad de explorar caminando, o a lomo de bestia. Después de su muerte, sus cenizas fueron esparcidas en su adorada Baja California.
He querido dedicar esta pequeña reseña al viaje que realizo en uno de los famosos “Blimps” de la compañía llantera Goodyear el globo dirigible “Columbia” que a diferencia de los “zepelines” este globo está lleno de gas helio lo que lo hace sumamente seguro y manejable.
En los preparativos para realizar su excursión sobre la zona de Ensenada y Tijuana encontró los obstáculos burocráticos de ambos países y aún más! Afortunadamente llevaba una magnifica amistad con don Wulfrano Ruiz de Tijuana y quien había sido embajador de México en Francia quien de manera expedita consiguió la autorización para el proyectado vuelo de “buena voluntad”.
Solo que…… Los globos dirigibles como el “Columbia” requieren de un operativo por tierra que consta de un camión de 10 toneladas con todos los arreos necesarios para asegurar el globo una vez que descienda y de personal capacitado en esos menesteres. Este vehículo se conoce como “chase vehicle” o vehículo de seguimiento. A bordo lleva herramientas y refracciones. Al tratar de pasar de San Ysidro a Tijuana se encontraron con otro obstáculo. El camión llevaba entre otras muchas cosas un transmisor receptor de onda corta, una serie de tarjetas perforadas que se utilizaban para mandar, en forma de código electrónico, mensajes eléctricos que serían vistos en la noche en los lados del globo dirigible. Mensajes de salutación a la gente de Baja California y de publicidad anunciando los juegos olímpicos de 1968. Nuestras celosas autoridades aduanales no permitían el paso del camión hasta que llegara una “orden superior” ¿Y Donde estaba don Wulfrano Ruiz? Pues nada menos que a bordo del dirigible que daba vueltas por Tijuana en espera del camión para poder descender.
En el aeropuerto de Tijuana los esperaba un corte de recepción encabezado por Francisco López, presidente municipal de Tijuana y su hermano Alfredo López, director del departamento de Turismo. Entre los actos programados estaba la entrega de las “llaves de la ciudad” al sr. Stanley Gardner. Tres largas horas pasaron hasta que, finalmente, llego la “orden superior” y fue permitido el paso del camión.
Al día siguiente partieron con destino al aeropuerto de El Ciprés. El dirigible se desplaza a una velocidad media de 30 millas por hora. Un clima esplendido enmarcaba la belleza de la costa bajacaliforniana. El recorrido incluyó un sobrevuelo por la Isla de Todos Santos y el área de La Bufadora.
Ya una vez en tierra y perfectamente asegurado el dirigible, Bob Masson, director de relaciones públicas de la compañía Goodyear tuvo la idea de tomar una foto a color con el dirigible de fondo y acompañados de una banda de mariachis. Despacharon a un chofer a bordo de uno de los tres automóviles que el grupo traía. Pronto se dieron cuenta que un vehículo sería insuficiente para acomodar a un conjunto de mariachis y sus instrumentos, así que mandaron un segundo carro. Lo que en un principio se contemplaba como un asunto de media hora se ´prolongo por tres horas. Entonces mandaron el tercer y último vehículo a buscar a los evasivos mariachis y sus buscadores….. El resultado fue fallido. Los tripulantes de este tercer vehículo después de recorrer el centro de Ensenada, sin encontrar ni mariachi ni a los buscadores optaron para regresar a El Ciprés, donde se encontraron con la sorpresa de que ahí estaba ya el Mariachi vestido de gala con instrumentos listos…. Seis horas de espera para poder tomar la foto del recuerdo!