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Mixteco en Baja California

Las otras lenguas indígenas

  
Nota publicada el 27 de marzo de 2015
por Manuel Sánchez

En Baja California apenas un 1.33% habla alguna lengua indígena. Para un estado de 3.15 millones de habitantes, esto representa aproximadamente 41 mil hablantes. De este número, apenas un mínimo hablan alguna lengua yumana –paipai, kiliwa, cucapa, cochimí y kumiai- los cuales suman apenas unos 700 hablantes. Los otros hablantes, poco más de 40 mil, pueden comunicarse en otras lenguas indígenas que no son originarias de la península.

Las cuatro lenguas indígenas más habladas en Baja California son: el mixteco con 15,562 hablantes, el zapoteco con 4,569 hablantes, el náhuatl con 2,978 hablante y el el triqui con 2,802 hablantes. Y, como puede verse, el mixteco es la lengua indígena más hablada en el estado.

La lengua mixteca forma parte de la familia lingüística otomangue en la sub-división Amuzgo-Mixtecano. Como su nombre lo dice, hay dos sub-grupos en esta división. El lado Mixtecano está conformado por el cuicateco, el triqui y el mixteco. No hay un estado de la república preciso de donde provengan todos los hablantes del mixteco, aunque se reconoce Oaxaca como el prototípico. La Mixteca es el territorio tradicional de este pueblo antiguo. Es una región que la comparten tres estados de la república: Guerrero, Puebla y Oaxaca.

Al mixteco se le reconoce como una macrolengua debido a que cuenta con una gran cantidad de variantes a nivel superficial. Algo así como la diferencia que hay entre el español del norte de México con el del sur; entre el español que se habla en Monterrey con el que se habla en Baja California. Es decir, variantes evidentemente relacionadas, pero con diferencias distinguibles. Y es que esta lengua indígena es la cuarta con mayores hablantes en toda la República Mexicana. Sus hablantes se encuentran distribuidos por todo el territorio mexicano, y uno de los estados con la mayor cantidad, el cuarto para ser preciso, es el nuestro: Baja California.

Uno de sus rasgos sonoros más importantes es la nasalización. En esta lengua existe una diferencia entre una [a] pronunciada con aire expulsado por la boca, mientras el velo está cerrado; y la [a] con el velo abierto, dejando que pase el aire por la nariz y casi ninguno por la boca, aunque ésta se abre para dar cierta resonancia –aparte que en el habla cotidiana, estas vocales se pronuncian seguidas de otras consonantes y vocales. Al final de esta columna agrego un video en donde pueden escuchar las vocales nasales. ¿Les suena familiar el sonido? La nasalización es también familiar para el hablante de francés.

Otras consonantes, diferentes del español que tienen estas lenguas es el cierre glotal –que también tienen las lenguas yumanas- y la [n] velar que es un sonido producto del contacto entre la raíz de la lengua con la zona que se encuentra antes de la campanilla. Para articularla, trata de decir una [g], pero antes de dejar pasar el aire por la boca, déjalo pasar por la nariz, sin dejar de hacer contacto en ese punto que ya se había acomodado para pronunciar la [g] –busca pronunciar una [n] con esa posición. Lo mejor sería probar con la consonante entre vocales: [ene]. También puedes ensayar pasando de la [ene] – [eñe]. Notaras que de una a otra el contacto con el paladar se va haciendo más hacia atrás. De la [eñe] a la [n] velar es otro paso hacia atrás.

No quisiera cerrar este apartado sin enunciar algo que para los lingüistas es obvio. No existe lengua en el mundo que no deba su estructura actual a la convivencia con otras culturas. Incluso aquellas lenguas “aisladas” como el seri o el islandés, tienen en la actualidad préstamos a raíz del contacto con esta aldea global a la que pertenecemos todos. El español, de México en particular, es un claro ejemplo: bichi, aguacate, almohada, ley y alfabeto; son palabras tomadas del contacto con otras culturas en su pasado.

Las lenguas se mueven, cambian y fluyen. Las razones son variadas, socioculturales, políticas, por necesidad de sus mismos hablantes. La migración es una de sus manifestaciones. Aunque hay un territorio originario para cualquier lengua, decir que pertenecen a un lugar exclusivo –en un intento por encadenarlas a ese lugar- es, por lo menos, un reflejo de profunda ignorancia. Que una lengua como el mixteco haya viajado tantos kilómetros y permanezca fuerte es un signo de resistencia y solidaridad.

Para comprender esta lengua, la variante baja californiana, lo primero que debemos hacer es escuchar a sus hablantes.

*Los datos presentados aquí provienen del Censo de Población y Vivienda INEGI 2010.

VIDEO: Las vocales nasales.:

Manuel Sánchez. Licenciado en Sociología y Ciencias de la Comunicación UABC. Maestro en Lingüística por la UNISON. manuel.wortens@gmail.com.
 
 

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