En una sartén caliente ponga suficiente aceite para freír el pollo, dore las piezas y póngalas; en una cacerola lo suficientemente grande coloque las piezas de pollo ya doradas y salpimentadas.
Agregue las dos cucharadas soperas de mantequilla y la soda, tape y deje consumir la soda, agregue el perejil, voltée el pollo de vez en cuando, para que la soda quede impregnada en el pollo, rectifique la sazón.