El Rodeo ahora.
Pese a que el patio ahora tiene sembrados árboles frutales, esta limpio y se ha cambiado el piso, cerrado la barda y emplastado, la casa de Francisco Altamirano “El Rodeo” siempre será el lugar de una matanza.
Hay gente viviendo en el lugar que prefiere no ser identificada pero permiten corroborar que tras la liberación de la casa por parte de la PGR en el 2005 fue vendida con todos sus recuerdos.
En el piso ya no está la enorme mancha de sangre que dejaron los cuerpos. ni los hoyos dejados por cientos de disparos de calibres 380, 45, 9mm. 762x89, .308-7.62.
La cerca fue cerrada y no hay mas comunicación entre las tres casas que alguna vez formaron esta sangrienta historia.
En la parte de atrás la casa de Fermín, sigue abandonada, es utilizado el patio para reparar vehículos, y en el medio de los terrenos aparecen cercas de alambre que cruzan de distintas maneras los predios.
La casa de Esperanza Tovar , parece abandonada, aunque al parecer en ella hay algunas personas, de hecho fue utilizada inicialmente para arraigar a las personas que ayudaban a Fermín Castro en el tráfico de drogas.
En la otra casa, la de Fermín Castro, hay un letrero de venta con los números telefónicos por si hay algún interesado. El color blanco se ve amarillento, el verde claro de las vistas entonces de moda, esta descolorido.
Siguen algunas unidades abandonadas en el lugar. Las que estaban en mejor estado se quedaron en manos de la PGR, nadie sabe que hicieron con ellas.
Las casas fueron vaciadas, los muebles, la ropa, los enseres domésticos se perdieron a lo largo de los años, los juguetes en el patio de la casa de Esperanza Tovar ya no están porque los tiraron.
En este sitio, quienes están a cargo prefieren no hablar, a diez años de distancia coinciden en algo. En dejar que los muertos, duerman en Paz.