El 24 de octubre alrededor del mediodía, una niña de 9 años de edad, fue atropellada y muerta  por un microbús de la línea Roja y Blanca.

Se llamaba María Magdalena Vargas Vázquez y ese día caminaba junto con su hermana mayor para rentar mesas porque ambas cumplían años. Ella 9 y su hermana 16.

La niña, de acuerdo a testimonios recabados en el lugar de los hechos, caminaba para cruzar la avenida México de la calle San Marcos en el Buenaventura a la Cuauhtémoc en la Hidalgo, por zona peatonal y con preferencia de paso.

En tanto, de acuerdo al peritaje, el microbús de la ruta 11 y México circulaba de Sur a Norte, cuando intentó rebasar por el espacio reservado para dar vuelta a la izquierda.

Al realizar esta maniobra, la unidad un Mercedes Sprinter, de la línea Rojo y Blanco, de número económico TF 90, modelo 2012, con placas 91-20 ZND de Baja California impactó el frágil cuerpo de la pequeña  con la parte frontal derecha del vehículo.

Los testimonios indican que el grito de la menor que acompañaba a la niña herida, puso en alerta a los vecinos de la zona eminentemente comercial, mientras una patrulla de la Policía Ministerial que circulaba por la zona retuvo al chofer del microbús a bordo del cual viajaban al menos media docena de pasajeros.

Al sitio antes de que arribara la ambulancia llegaron familiares de la pequeña y a las 12:48 María Magdalena aun con vida fue trasladada a la Clínica 8 del IMSS, donde fue declarada muerta a las 13:01 del día.

La oportuna intervención de las autoridades evitó que el chofer pudiera ser agredido por personas que observaron el suceso ya que lo culpaban por no haber dado paso a las menores.

El chofer fue puesto a disposición del Agente del Ministerio Público del Fuero Común y dos días mas tarde el fue  para determinar su situación jurídica.

Comerciantes de la zona, revelaron que en esta calle donde hay cuatro altos, es común que las personas no respeten la señal o rebasen como lo hizo el chofer del microbús.

El 26 de octubre, el chofer fue imputado y vinculado a proceso por homicidio culposo en una audiencia donde los doloridos padres escucharon como el conductor  enfrentaría el proceso en libertado condicional y sin derecho a manejar vehículo alguno por espacio de seis meses.

Días después la familia promovió una marcha en la que la sociedad les dio la espalda, pese a que en redes sociales habían manifestado solidaridad con ellos y realizado el linchamiento verbal del chofer y la línea de transportes.

El 22 de noviembre los padres de María Magdalena lograron un acuerdo reparatorio con la línea para el pago de medio millón de pesos con la sentencia al chofer de no poder conducir por seis meses ningún tipo de unidad.