Todo empieza con un limpiador suave diseñado específicamente para pestañas por lo que es importante evitar el uso de jabones o detergentes agresivos, ya que pueden eliminar los aceites naturales de tus pestañas y hacerlas más propensas a romperse.

Al lavarlas nos aseguramos de usar movimientos circulares suaves y evita frotar los ojos, ya que esto puede dañarlas e irritar los ojos. Enjuagamos a fondo con agua tibia porque debemos eliminar todo el limpiador.

Secamos dando toques suaves con una toalla limpia sin frotar, ya que esto puede romperlas.

Aplicamos una capa de rimel transparente una vez que estén secas y esto es porque queremos protegerlas del polvo y otros contaminantes.

Cuando tenemos extensiones, evitamos mojarlas durante las primeras 24 horas después de la colocación y además se evita usar desmaquillantes a base de aceite, ya que pueden deshacer el adhesivo que las mantiene en su lugar y por eso utilizamos un desmaquillante a base de agua especialmente diseñado para pieles sensibles.

Cepillamos las pestañas diariamente con un cepillo limpio tipo spoolie para eliminar cualquier suciedad, polvo o residuos que puedan quedar atrapados.

Obviamente evitamos dormir con maquillaje porque obstruye los poros e irrita los ojos.

Cuando tenemos extensiones de pestañas, seguimos las instrucciones específicas de limpieza porque de no hacerlo acortamos su vida útil y nuestra inversión se pierde.

Y lo más importante, cuando necesitamos ayuda profesional, ¡pues hacemos una cita con Ladys Hands y listo!