Julio Salinas López Presidente del Consejo Consultivo Económico de Ensenada (CONSULTEN), indicó que tras los recientes anuncios sobre inversiones para los Puertos de Ensenada y El Sauzal, resulta urgente resolver los posibles impactos que dichas construcciones generarían a los habitantes y visitantes de Ensenada.

La inversión anunciada que se estima en alrededor de 6 mil millones de pesos es bienvenida, aclaró, pero antes de crear obras de esta magnitud, hay asuntos que deben quedar aclarados por parte de las autoridades, respecto a como se gestionarán las construcciones, cuando estén en proceso y cuales también las obras que estarán aparejadas a dicho desarrollo.

Recordó que existen en el país, megapuertos que operan cerca de la ciudad como Lázaro Cárdenas Michoacán o Manzanillo en Colima, donde se ha conseguido una relación positiva entre ambos, pero en Ensenada hasta el momento, la descarga de embarcaciones y el tráfico de camiones con carga de todo tipo, ha derivado en conflictos de tráfico en la zona de acceso al recinto portuario.

Es por esto que es urgente conocer como empresarios y como ciudadanos como se resolverán los posibles impactos que pueden tener sobre la ciudad estos desarrollos.

Son muchas las preguntas que la autoridad que plantea las obras debe responder.

¿Dónde se depositarán los residuos que se van a generar dentro del puerto, durante el proceso de la obra y cuando esté en operación?

¿Cuántas plantas de tratamiento de primer nivel se deben construir para estar listas al empezar a operar el puerto?

¿De donde se traerá la energía que se requerirá para estos puertos, especialmente con cambios en la normativa internacional?

¿Cómo se garantizará el insumo de agua potable?

¿Por donde será la circulación de vehículos para mover el material de construcción que incluirá miles de toneladas de cementos, varillas, piedra, acero y otros materiales.

Reflexionó, que Ensenada aún no tiene esto resuelto y al no estar preparada para ello con estas bases, el iniciar una obra sin los cimientos para el desarrollo se generarán nuevos problemas en el área.

En el caso de la energía eléctrica se ha señalado que llegará desde Sonora, pero aún no arrancan los procesos para hacer este enlace.

Salinas López, recordó que tan solo en lo que se refiere a la carretera Ensenada- Sauzal existe un derecho de vía de 60 metros naturales que se plantearon desde que se construyó la carretera Transpeninsular, sin embargo, alrededor de esta zona hay desarrollos habitacionales y turísticos, junto con movimientos de carga pesada y centros educativos, que han entrado en conflicto por las vialidades.

Antes de una construcción de gran envergadura, se deben garantizar vías alternas para que darle solución a ese movimiento; tanto de turismo como del mismo ciudadano que debe moverse de Sur a norte y de Norte a Sur y pasar por los puertos de Ensenada y el Sauzal. Hasta ahora no hay nada preparado.

Recordó que una de las vías que se anunciaron recientemente es la construcción de la vía alterna, el famoso Bypass con el que se conectará el Libramiento con Baja Mar y que podría ser una posible solución, pero internamente como ciudad, no está solucionado aún.

Eso es para mover la carga, para sacar lo que viene del sur hacia el norte y visceversa, pero realmente la vida del día a día del ciudadano se transformará cuando inicien los operativos para construir ambos puertos.

En el caso del Sauzal habrá impacto sobre el paisaje marino con ganar cientos de metros de terrenos al mar, desaparecerán las playas como las conocemos desde San Miguel y eso impactará las construcciones en la costa.

Se plantea un desarrollo al que por ahora Ensenada y sus habitantes no están acostumbrados y se requerirán espacios, tierra adentro y tierra afuera (in land y out land) estimado en alrededor de 1 mil hectáreas solo para el puerto del Sauzal.

Se quitará el frente de mar y se eliminará playas donde se practica el surfeo del Sauzal a San Miguel.

Los empresarios y el gobierno municipal, deben de estar ya tomando líneas de acción para ese desarrollo.

Finalizó: “Nadie quiere que no se haga, al contrario, queremos que se quede, pero que sea con una política de crecimiento y desarrollo urbano ordenado y que conviva con la ciudad, no como ha ocurrido hasta ahora”.