Tras afirmar lo anterior, Rocío Romero Valdovinos, nutrióloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, explicó que el bajo consumo de leche en los primeros años de vida evita que se cubran los requerimientos mínimos diarios del organismo, lo que provocará que en edad adulta eventualmente sufran osteoporosis, sobre todo si no se ingieren otros alimentos que contengan calcio, como frutos frescos, sardinas, anchoas y vegetales verdes como espinaca, acelga, brócoli y productos lácteos como yogurt y quesos.

Cada vaso de leche aporta 282 miligramos de calcio; los niños de entre seis y nueve años requieren un mínimo de 800 miligramos de calcio y mil 300 al cumplir 10 hasta llegar a 12 años.

La formación de la masa ósea del esqueleto se forma principalmente en los primeros años de vida y cesa alrededor de los treinta, edad en la que se adquiere la masa ósea definitiva.

A partir de 50 años, después de la menopausia en las mujeres y más tarde en los hombres, se inicia la disminución de la densidad mineral en los huesos dando pie a la osteoporosis y las fracturas.

Por ello, la licenciada en nutrición explicó que el esqueleto tiene dos funciones importantes; estructural y de soporte. La primera se refiere a la postura recta y la locomoción; la segunda al almacenamiento de calcio (ahí se concentra 98 por ciento del existente en el organismo) indispensable para el buen funcionamiento celular.

Actualmente los niños son más sedentarios, advirtió, por lo que es necesario fomentar en ellos el ejercicio ya que es también un factor fundamental para la formación ósea; cuando los niños realizan actividad física vigorosa, tienen huesos sanos y fuertes.

Como medidas preventivas, destacó la nutrióloga se recomienda ejercicio y buena alimentación con suficiente contenido de calcio como yogurt, higos secos, salmón, soya, nopales, brócoli fresco, calabazas tortillas de maíz.