Entrevistado luego de que se entregó por órdenes del Juez XI de Distrito un cargamento de casi media tonelada de abulón, cuya procedencia aun no había sido establecida, el dirigente señaló que disposiciones como ésta, son un acto lamentable de protección a la piratería.

Explicó que se trata de casi media tonelada de un molusco sujeto a cuotas, vedas y protección especial, que representan un daño significativo a la ecología.

Aunado a esto significan a la pesca legal no solo una competencia desleal, respecto a su colocación en el mercado, donde lo venden a precios mucho más bajos, por carecer de facturas, sino que en el proceso los “guateros” depredan zonas protegidas o vedadas.

El directivo de Fedecop indicó que es grave que mediante maniobras legales los abogados logren que se liberen productos que fueron detenidos porque no se ha probado su legal procedencia.

El dirigente de Fedecop recordó que como productores formales que trabajan acorde a la ley, es deplorable que quienes imparten la justicia, sean los que dan pie a que piratas mantengan sus operaciones, protegidos por argucias legales.

Agregó que si bien no existe una cuantificación de cuanto producto ilegal es el que llega al mercado negro cada año, la última evaluación, hace menos de una década les arrojó que entraban cantidades similares a las legales, de ahí el impacto en las zonas costeras, donde el abulón ha desaparecido prácticamente.

Esta actividad pirata, ha obligado a las cooperativas, a mantener en las Islas donde aun se extrae el molusco, una estrecha vigilancia donde son ellos mismos quienes apoyan a las autoridades para evitar el saqueo.

Indicó que mientras la gente no entienda, ni los jueces el impacto de sus decisiones se llevarán las especies al límite o al punto de la extinción, algo que en Baja California esta latente en especies como la totoaba o la tortuga.

La piratería, es grave para quienes trabajan de forma legal, y es grave para el país porque empresas y productores primarios pagan IMSS, INFONAVIT y prestaciones a los trabajadores que con el costo de la vigilancia; son una inversión muy grande, lo que no hacen los piratas.

Ellos, los piratas, prefieren pagar abogados, que sueldos o cámaras hiperbáricas, necesarias cuando uno de los buzos que utilizan para saquear producto sufre descompresión y muere o queda inválido, dejando a sus familias desamparadas.

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