El fideicomiso de La Bufadora se mantiene con una estructura de 11 personas dedicadas a la limpieza, seguridad y administración de los recursos económicos que destina el municipio cada mes para que funcione dicho atractivo turístico.
Mientras no se defina la situación legal de los comerciantes que debieron ser desalojados desde hace más de un año por instrucciones del juzgado décimo, el ayuntamiento paga 102 mil pesos mensuales para realizar tareas en el área.
El alcalde Gilberto Hirata Chico mencionó que el comisionado, Luís Alonso Tirado Hernández, tiene la responsabilidad del mantenimiento de La Bufadora, en específico de la zona cercana al fenómeno natural.
Dijo desconocer el número de empleados que se tienen en la zona pero es necesario que funcione porque el turismo sigue visitante el destino.
A pesar de la situación en la que se encuentra el destino turístico más importante de Ensenada, el empresario Luis Alonso Tirado Hernández, asumió la administración del fideicomiso de La Bufadora,
Comentó que fue invitado por el alcalde Gilberto Hirata Chico, y que él se limitará a seguir los lineamiento de este ayuntamiento, porque la paramunicipal solo le corresponde el funcionamiento de la zona cercana al fenómeno marino.
“Va a seguir en pie porque no tiene nada que ver con la cuestión jurídica legal que está pasando ahí. El fideicomiso funciona para darle la administración a lo que es La Bufadora en sí”, detalló.
Los recursos económico para el mantenimiento, dijo, salen del presupuesto municipal ya que desde hace dos años que los locatarios dejaron de pagar la cuota mensual que oscilaban entre los 150 y 300 pesos, según las dimensiones del puesto fijo, semifijo o estable.
Consideró como un reto estar al frente del fideicomiso, pero en este mes en especial, comentó es necesario tener el lugar en buenas condiciones ya que en octubre hay 30 cruceros.
Dentro de las áreas más descuidadas de La Bufadora esta el kiosko que se encuentra en abandono, y en este momento solo trabajan de manera coordinada con algunos empresarios y dueños de propiedades que han aportado para las mejoras del lugar.
Cabe destacar que la desaparición del Fideicomiso La Bufadora es el origen del conflicto en que se hallan inmersos locatarios y ejidatarios del lugar, luego de que se oficializó su desaparición en el 2012.