Dicen que si quieres conocer el transfondo de un conflicto, caso jornaleros San Quintín, se debe plantear quien será el ganador. Cientos de vueltas y revisiones a las historia reciente de Baja California (30 años a la fecha) solo me han llevado a un sitio, una estrategia comercia con disfraz de derechos humanos y laborales, en relación con productores estadounidenses.
¿Por qué?
Políticamente, aunque la izquierda tiene metidas las manos hasta el hombro en este asunto, al dotar de guaruras, vehículos, despliegue de recursos, y abogados al movimiento de jornaleros, el sur del municipio de Ensenada es apenas el 20% del padrón electoral del 03 Distrito y su abstención es alta.
Si a esto se le suma que la mayor parte de los jornaleros que se quejan son migrantes y en su mayoría temporaleros, difícilmente forman parte de este padrón, aunque sean el brazo armado de micropartidos que podrían reclamar (cuando llegue el momento) que hay que repetir la elección o anularla.
En el caso de los diputados federales, aunque algunos piensen que tiene impacto, resulta irrelevante si se revisa para lo que sirven, salvo honrosas excepciones.
Sin embargo desde que inició el conflicto, se han dejado ver algunas coaliciciones de jornaleros que trabajan en Estados Unidos y han llamado a un boicot comercial en contra una de las firmas que como Berrimex (Driscoll's) exportan la mayor parte de su producción al vecino país.
Berrimex es junto con otros productores mexicanos con financiamientos del exterior, quienes aportan a Estados Unidos el 7% de las fresas que consume aquella nación, de acuerdo a un documento del Sistema Producto Fresa Mexicano del 2009.
El principal productor de fresa en Estados Unidos es… adivinó, California, de donde procede el llamado de “jornaleros connacionales” a un boicot comercial.
Por cierto, es también junto con Florida el principal productor de tomate, un producto por el que Estados Unidos ha iniciado varios conflictos comerciales contra México, uno de ellos en los años 90 con el tema de la mano de obra infantil, que posteriormente lo convirtió en lo que era, un asunto comercial en el cual lograron que la caja de tomate de San Quintín y Sinaloa no se pueda vender del otro lado a un precio menor del que ellos lo sacan, algo que esta aún vigente.
¿Cual sería el argumento para este boicot comercial, que podría ser avalado por cualquier Senador Estadounidense interesado “en que México respete los derechos laborales de los Jornaleros”?.
Simple: El pliego petitorio donde se involucra el trabajo infantil, el acoso sexual y los bajos salarios entre otros puntos.
¿Cual sería la sanción propuesta? Primero el boicot comercial que sería aplaudido por el movimiento de jornaleros, hasta que se convirtiera en un embargo comercial o en un cierre de fronteras a la producción agrícola del Valle de San Quintín en Baja California, con la pérdida de las fuentes de empleo.
Cuando eso ocurra no habrá movimiento de jornaleros, ni partidos, ni quema de patrullas, ni vandalismo, ni mesas de negociaciones, ni presidente de la república que recuperen lo perdido y que reparen el daño.
El problema es que el tema esta ya tan manoseado, que los que han decidido aprovechar las aguas revueltas no han alcanzado a ver el impacto global que tendría sobre la economía.
De lo anterior ya hemos sufrido una experiencia desastrosa como fue el embargo atunero, un boicot comercial con origen ambientalista con una pareja ganadora: Earth Island Institute y Estados Unidos.
En este caso se habla ya de un boicot con tintes de derechos humanos, que podría terminar en un grave problema para Baja California, de convertirse en un embargo o un cierre de fronteras.
En esta historia, por cierto, sería San Quintín la región del Estado más afectada, ya que las exportaciones de productos son su sustento y el de los jornaleros.
P.D. En el caso del embargo atunero el barco era panameño, era una matanza de delfines y se le atribuyó a México, que pese a ganar en todas las instancias, nunca recuperó a Ensenada en la producción de atún.
P.D. Espero que sigan tan ocupados con sus propias guerras, para que no nos volteen a ver.