Detalló que es muy frecuente y de no tratarse a tiempo se puede extender e infectar a todas las uñas de pies o manos; estos hongos se trasmiten por contacto directo y son capaces de invadir otras partes de la piel queratinizadas como el pelo.

Algunos de los factores de riesgo para desarrollar esta afección son el envejecimiento, humedad, tiña o pie de atleta, enfermedades de la piel –como psoriasis-, la diabetes y la inmunosupresión-, quimioterapia y algunos fármacos.

Señaló que los síntomas son visibles con alteraciones en el aspecto de la parte afectada, ya sea cambio de color, de forma, bordes amarillentos, grosor, rugosidad y escamosa.

Advirtió que no se trata de una enfermedad grave, pero hay grupos de pacientes en los que el tratamiento es indispensable, tal es el caso de personas con diabetes o que hayan padecido infecciones y en aquellas que presentan mucho dolor, para ellos, se utilizan el láser y la cirugía.

Agregó que las medidas para evitar la infección por hongos son simples, tales como mantener el pie seco y ventilado, utilizar polvo secante cuando se realice ejercicio, mantener medidas de higiene básicas para manos y pies. Es importante no compartir calzado, especialmente con aquellos que puedan tener esta afección.