Un papel escrito con tinta verde que decía “Está debajo de la cama, no veas por tu cuenta, me arrepiento de lo que hice” fue una de las dos confesiones que escribió a sus hermanos, un joven que a martillazos mató a su mamá el pasado 2 de octubre.
Sin embargo, antes de que hallaran confesión alguna en papel, la primera persona que ingresó al domicilio, notó que algo había ocurrido en la casa, la ausencia visible de la madre y manchas de sangre que salpicaban distintos sitios del hogar.
Estos datos están dentro de los testimonios iniciales, peritajes y diversas pruebas que fueron presentados por la fiscalía este sábado 5 de octubre en la audiencia inicial de formulación de imputación por el delito de feminicidio en la Sala Uno del Juzgado de Control contra un joven de 19 años de edad.
En la audiencia tras una serie de datos derivados de dos Informes Policiales, uno de Seguridad Pública como primer respondiente y otro de la PEP quien capturó al presunto homicida se determinó que la detención fue legal.
Según la información el día de los hechos, una de las hijas de la víctima llegó a la casa y no encontró a su mamá, pero si a su hermano al que apodaban “Dylan” temblando y muy nervioso.
Vio manchas en el piso y pidió el trapeador. Su hermano se lo entregó porque lo tenía en el cuarto, lo que le pareció raro. Le preguntó si sabía donde estaba su mamá y si había ido a trabajar.
Luego llamó a la pareja de su mamá, porque no la encontraba y le dijo que Dylan estaba con la ropa manchada y temblando; además le había dicho, cama, cama.
Enseguida vio que su hermano dejó caer en el sillón un papel y salió de la casa por la puerta de atrás.
Llegó entonces la pareja de su mamá con su tía y entraron al cuarto de Dylan y se asomaron bajo la cama, y al mover los colchones descubrieron a la víctima que tenía la cabeza tapada con una bolsa dorada y al descubrirla vieron que tenía heridas muy graves en la cabeza y llamaron al 911.
Cuando llegaron los agentes de la policía municipal pidieron una ambulancia y al llegar paramédicos confirmaron que ya estaba muerta.
Al mismo tiempo la hermana del presunto responsable les indicó a los agentes que pensaba que había sido él y que había salido poco antes del domicilio. Los agentes municipales reportaron al muchacho.
Aún desconocían que este había sido intervenido por la PEP, hacía unos momentos luego de hallarlo sobre la calle Ballenas y Estrecho Gibraltar, a una cuadra de su casa sentado en una banqueta con manchas en la ropa y huellas de lesiones sangrantes en las manos y los brazos.
Pidieron una ambulancia y les indicaron que la más cercana estaba a cuadra y media de distancia y no se podían mover, para que acercaran al herido y cuando estaban por hacerlo, llegó el reporte que indicaba que el sospechoso del homicidio, tenía las mismas características y ropa del muchacho que estaban ayudando por lo que "Dylan" fue detenido.
En la casa los agentes encontraron numerosas evidencias, una de estas el papel del que habló la hermana y que decía: “Esta debajo de la cama, no veas por tu cuenta, me arrepiento de lo que hice”.
Otro en el que reza: “No podía controlarme, perdón, ahora moriré, los quiero mucho aunque no lo crean, No merezco amor”.
Asimismo numerosas huellas de sangre y el rastro que llevó primero a un colchón y luego a un martillo metálico manchado positivo a hemoglobina humana.
La ahora occisa recibió ocho heridas irregulares en la cabeza que le provocaron traumatismo craneoencefálico, fractura de cráneo y laceración del encéfalo.
Tras estos testimonios y evidencias se determinó imputar formalmente a este joven por el delito de Feminicidio.
Sin embargo en su intervención la defensa, argumentó que existen testimonios que apuntan a que el imputado padece un trastorno mental y que tomaba medicamento controlado de ahí que se solicitó que en lugar de estar internado en celdas comunes, fuera recluido en el área de psiquiatría del CERESO.
Existe, dijo la defensa, indicios de que el muchacho intente suicidarse ya que al encontrarlo la policía tenía varias heridas en los brazos.
Ante esto se solicitó por oficio una evaluación psicológica y psiquiátrica para determinar su estancia en dicho pabellón.
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