No solo no ha pasado lo peor, sino lo que viene es como una avalancha de nieve: avasalladora y letal.

Lo que ocurre en países de Europa, por ejemplo, es apenas un aviso. Una advertencia. El rebrote de casos de covid allá tiene picos más altos que los presentados en los primeros meses de la pandemia.

Las restricciones y los encierros han sido ordenados; la población se resiste.

Mientras, el virus se multiplica.

En los Estados Unidos los reportes sobre casos confirmados de la enfermedad se incrementan en ciudades donde se relajaron las actividades.

Los pronósticos en la Unión Americana tampoco son alentadores.

Pero, dejemos Europa y los Estados Unidos. Aterricemos en casa. Qué estamos haciendo ante el rebrote que viene?

Y lo que estamos haciendo es nada. Nada de nada.

La ciudad parece un espacio libre de covid, o cuando menos así lo vendemos con nuestras acciones. Las actividades laborales se relajaron, lo mismo que las restricciones para abrir establecimientos como hoteles, restaurantes, casinos, cines, balnearios, playas y otros espacios públicos.

En los hospitales, en tanto, el drama continúa. Los muertes por covid siguen a la alza aunque en los medios de comunicación los decesos no acaparen ni la atención, ni los espacios que hace meses.

Parece que perder la vida ante esta enfermedad ya no fuera noticia.

Las acciones preventivas de las autoridades se redujeron a un simple reporte diario de números que, siendo sinceros, pocos dan seguimiento.

Los sectores productivos con tareas preventivas dispersas, aisladas. La recuperación económica par encima de la salud.

Y así nos tomará el rebrote?

Así nos tomará!

Así nos tomará si no emprendemos desde hoy las acciones encaminadas a fijar un cerco de combate, una trinchera.

Claro que se puede contrarrestar esta inminente y violenta ola de contagios que viene en camino, pero eso ya depende de que tanto nos interese hacerlo.

Estamos en tiempo de tejer acciones preventivas, estrategias de coordinación y rutas de emergencia. Hoy el tiempo juega de nuestro lado y debemos aprovecharlo.

Que el rebrote que viene de covid sea más o menos letal que en su primera fase de la pandemia, depende de nosotros.

De nadie más!

Y es que la vacuna, créanlo, aún está muy distante.