Intentó hablar, pero luego de decirme su nombre se le quebró la voz, tomó aire para decir, pero las palabras no salieron. Apagué la grabadora y la acompañe en silencio pocos segundos antes de seguir tomando fotos de una marcha que era hoy el recordatorio del dolor por la pérdida de una madre, una esposa, una hija, una hermana.
El homicidio de dos mujeres, a manos de otras mujeres, tres en concreto, un acto de violencia inaudito que mutiló a varias familias, no solo las de las víctimas sino también a la de las victimarias.
Hoy se cumplió un año y para evitar que las autoridades olviden o sean omisas, familia y amigos de Elizabeth Meza Villegas y su hija Yesenia Villalobos Meza hicieron una marcha, un recorrido largo en una ciudad mutilada también no solo por las calles cerradas o bloqueadas con letreros de hombres trabajando y desviaciones, sino sumida en asesinatos cada vez más cotidianos normalizados o escondidos por las autoridades.
La marcha juntó una treintena de vehículos que al frente traían mantas de vinilo, con las fotos de las víctimas y una frase: "Nosotros lucharemos hasta el final del proceso por la verdad y la justicia”.
Al bajar de los vehículos, la mayoría traía puesta una camiseta de color morado con una frase también en memoria de Yesenia y Elisabeth: “Podrán pasar muchos años más pero nunca las olvidaremos, y menos sus hermosas sonrisas por siempre sus familiares y amigos extrañaremos sus tik tok”
Al llegar a las instalaciones de la Fiscalía, al edificio nuevo donde se ubican las oficinas del grupo de homicidios formaron una valla, en silencio, sin consignas, solamente mostrando las mantas que traían con las fotos de ambas mujeres.
Esperaban alguna reunión breve, un avance, pero por ahora lo que hay pendiente es la siguiente audiencia, la del 28 de septiembre y las fechas para establecer mediante las pruebas y evidencias el juicio.
Dulce Meza, familiar de las víctimas y psicólogo, recordó que en esta tragedia hay el daño colateral hacia cuatro menores de entre 9 y 14 años, tres de Yesenia y uno de Elisabeth.
Han sido los más afectados por la orfandad a la que fueron sentenciados y el apego que tenían hacia ambas.
A esto se suman muchas de las expresiones de personas ajenas, que en redes sociales han dado opiniones que los han lastimado al referirse a su madre o a su abuela. Es un daño que hoy los hizo abrazarse y llorar mientras intentaban consolarse uno a otro.
Dulce recordó que esta es una historia que se repite no solo en el caso de estos pequeños sino en muchos de los actos de violencia que se observan en la ciudad, particularmente en los de asesinatos donde los infantes quedan como víctimas colaterales e indefensas.
En este suceso sin embargo la familia está más unida que nunca y advierten que no cejarán hasta que se haga justicia.