Pese a que más de 28 mil personas pidieron al gobierno federal que recapacitara y no cerrara las oficinas de PROFEPA Ensenada desde el centro del país, este martes, dio inicio el desmantelamiento de sus oficinas en Ensenada.
El traslado de mobiliario fue realizado a bordo de vehículos de la misma PROFEPA de Mexicali, cuyos trabajadores dieron inicio a la carga de equipo de oficina que sería trasladado a la capital del Estado donde se concentrará la actividad, dejando los más de 72 mil kilómetros con que cuentan Ensenada y San Quintín sin personal.
Este mismo martes una serpiente cascabel del Pacífico, crótalo orengano fue el último animal rescatado y liberado por la dependencia.
El 30 de septiembre, de acuerdo a lo ordenado por una mujer titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente las oficinas de Ensenada y Tijuana dejarán de prestar servicios y cualquier trámite requerirá el traslado de entre 500 y 150 kilómetros de recorrido de los interesados desde alguna cabecera municipal.
Desde San Quintín la afectación que según la PROFEPA en México, es inexistente implica un alto costo económico por un viaje que deberá realizarse y que duplicará la distancia actual.
Lobos marinos, varamientos de ballenas, aves rapaces lesionadas, y cualquier emergencia ocupará de varios días antes de que alguna autoridad pueda responder.
Los trabajadores de Ensenada hasta hoy, sólo sabían de su destino por medios de comunicación y publicaciones del gobierno, pero no se les ha girado ningún oficio que les precise cuales serán las nuevas condiciones laborales o que ocurrirá con sus empleos.
Desde el 8 de septiembre la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, arrancó una consulta pública antes de publicar en el Diario Oficial la desaparición de PROFEPA, en la cual la sociedad aún puede opinar y detener este acto.