El inmueble se ubicaba en el número 653 de la calle Octava, manzana 66 del Exejido Ruiz Cortínez, donde la intensidad del fuego y el humo se hicieron visibles dese de la zona centro de la ciudad y colonias alrededor de la Presa Emilio López Zamora.

Testimonios recogidos en el lugar de los hechos indican que alrededor del mediodía los vecinos empezaron a notar el humo.

El portón de la casa estaba cerrado, pero sabían que en el lugar había varios animalitos, entre perros, aves de corral y algunos otros.

Al ver el humo llamaron a los bomberos con la esperanza de una respuesta de la estación Norte, a menos de seis cuadras del lugar del incendio.

No hubo respuesta inmediata y entonces con el agua que tenían acumulada, ya que rara vez tienen agua corriente en las tuberías empezaron a lanzar agua desde distintos puntos.

Pasó un buen rato antes de que llegara la primera bombera y una pipa, pero fuego ya presentaba enormes lenguas que consumían el material de la vivienda, escuchándose al menos dos explosiones, una según los vecinos de una moto que tenía el dueño de la casa.

Al llegar los bomberos, abrieron el portón de donde salieron varios perros y otros fueron desamarrados.

Sin embargo la casa se había consumido prácticamente en su totalidad y empezaba a caerse bajo su propio peso.

Los bomberos sacaron del sitio dos tanques de gas, antes de que pudieran estallar provocando daños mayores o posibilitaran que el fuego pudiera correr a las casas vecinas.

El reclamo de los vecinos era que las calles están abandonadas, desde hace meses no pasa por ahí ninguna máquina para emparejarlas y eso hace que ninguna autoridad, ni patrullas ni bomberas o ambulancias puedan entrar con facilidad.

Al sitio arribó la pareja que observaba acongojada la pérdida de su patrimonio.

Se desconoce las causas del incendio.