Se trata de las declaraciones oficiales de tripulantes, responsables de la nave y personas que participaron en la búsqueda, además de los mismos familiares de los pescadores ahogados obtenidas por los familiares y proporcionadas a Ensenada Net.

De este legajo compuesto por más de un centenar de documentos oficiales y entrevistas destacan varios hechos, como el que en las declaraciones iniciales se aseveró a las autoridades que el capitán del barco hundido, era uno, cuando en realidad era otro.

El hecho de que el barco, presentara fallas por retardo en el sistema de gobierno y esto hizo que se solicitara varias horas antes del hundimiento que el buque Dylan García que realizó el rescate, navegara cerca del Explorador.

El que los familiares inmediatos de las víctimas no fueran notificados de inmediato del accidente, pese a la gravedad del mismo.

Dos de las madres de los tripulantes ahogados, sus esposos y la hermana del maquinista del Explorador, no han cejado a siete meses de la tragedia en exigir transparencia a la empresa propietaria del barco y a las autoridades para que clarifiquen la investigación, mientras desmienten declaraciones como la realizada por el Secretario de Trabajo Estatal, que solamente en una ocasión habló por teléfono con ellos.

Consiguieron, a poco más de seis meses de la tragedia los documentos de la investigación realizada por la Capitanía de Puerto donde se da cuenta de las irregularidades encontradas en torno a este suceso en donde si bien la madrugada del naufragio la embarcación por no ser menor a 15 metros de eslora, podía navegar, la empresa pudo determinar no arriesgar a los tripulantes.

Un Capitán por otro

El 16 de febrero del 2023, Gilberto Parroquín Mendez, declaró bajo juramento en calidad de Capitán del Explorador que navegando hacia la granja atunera de Baja Acua Farms, 15 millas náuticas al norte de Ensenada, frente a Bajamar, que una ola muy grande impactó la embarcación y esta fue volcada provocando que se registrara el pantoque inmediato de la nave y el posterior hundimiento alrededor de las 2:30 horas de la madrugada.

Había indicado también que desde la 1:30 horas de la madrugada había mantenido comunicación constante con el barco Dylan García propiedad de la misma empresa Baja Aqua Farms porque la nave presentaba problemas mecánicos por un retardo en el sistema de gobierno.

Días después el mismo Capitán Parroquín presenta un documento ante la Capitanía de Puerto donde se desiste de las declaraciones, para indicar que él no viajaba a cargo del Explorador sino otro Capitán distinto.

Se trataba del Capitán José Antonio Castro Redona quien había cubierto ese viaje y tripulaba el Explorador al momento del accidente, sin embargo en la primera declaración se mintió a las autoridades sobre dicho mando.

Presuntamente el error obedeció a que no sabían quién era el responsable legal de presentar estas declaraciones. Todos estos datos quedaron asentadas en las actas correspondientes.

A decir del Capitán que iba a cargo, se tomó la decisión de manera personal porque era un viaje de apenas 15 horas y no se avisó de esto a nadie, ni a Capitanía y presuntamente tampoco a la empresa.

El barco fallaba pero siguieron navegando

En varias de las declaraciones que realizaron los tripulantes refieren que la embarcación había presentado una falla por un retardo en el sistema de gobierno de ahí que durante el lapso de viaje trabajaban en la sala de máquinas.

El Explorador zarpó del puerto del Sauzal de Rodríguez poco después de las 21:00 horas con mal tiempo, pero solamente estaba cerrado desde las 9:30 horas de la mañana del 14 de febrero, para embarcaciones menores de 15 metros de eslora.

El pronóstico este día indicaba que en la región prevalecía viento del Noroeste y Noreste de 20 a 25 nudos con rachas de 20 a 35 nudos y olas de 12 a 16 pies de la línea de costa a las 20 millas náuticas.

Además, oleaje de 14 a 18 pies de altura de las 20 a las 200 millas náuticas sobre la costa norte y centro occidental de la Península de Baja California, así como viento del Noroeste de 15 a 20 nudos con rachas de 25 a 30 nudos y olas de 10 a 12 pies sobre la costa suroccidental de la península.

Sin embargo, el Explorador era un barco de carga con grúa a bordo de 25 metros de eslora, lo que le permitía obtener un despacho para salir a navegar.

Luego de zarpar el Explorador empezó a fallar y debido a dicha falla el Capitán que iba a cargo José Antonio Castro Redona solicitó al barco Dylan García que se acercara alrededor de la 1:00 de la madrugada del 15 de febrero. Iban rumbo a Isla Coronado donde Baja Aqua Farms tiene rancho atunero.

Presuntamente una ola de gran tamaño golpeó a la embarcación con problemas de navegación y debido a ello se volcó con tres de sus tripulantes a bordo.

No se ahogaron, no han ido a trabajar

Tras el hundimiento se realizó una búsqueda en la zona y no hallaron rastros de la embarcación, salvo rastros de lo que se presume eran hidrocarburos ya que la embarcación traía combustible en sus tanques para viajar a Isla Coronado y regresar.

Se les hizo la promesa de conseguir equipo especializado para bajar a la embarcación y tratar de rescatar los cuerpos, una promesa de la empresa y luego de la Secretaría de Trabajo para presuntamente gestionar la recuperación de los tres tripulantes el maquinista Juan José Celaya Villarreal de 60 años de edad; Brandon Alonso Sotelo Vázquez de 20 y Erik Osvaldo Cruz Osorio de 25 años de edad.

A casi siete meses de la tragedia las familias han iniciado los trámites para que se defina la presunción de muerte y con ello se cumpla no solamente con pensiones y salarios caídos ya que “oficialmente” los tres tripulantes ahogados, simplemente no han ido a trabajar.

Sino que como dicen las madres de Erick Osvaldo y Brandon Alonso y la hermana de Juan José, ocupan que se esclarezca, transparente y sobre todo que la empresa cumpla con lo que establece la Ley a falta de compasión y veracidad.