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Libres pero en proceso relacionados con presunto linchamiento EXCLUSIVA

Se reclasificó a homicidio por culpa, no a legítima defensa

Nota publicada el 17 de diciembre de 2019
por Elizabeth Vargas

Tres hombres que habían sido acusados de homicidio calificado tras privar de la vida a la persona que se introdujo por la fuerza a una casa armado con una varilla para matar a su exsuegro, quedaron en libertad esta noche luego de una larga audiencia en la cual dos de los imputados fueron vinculados por homicidio por culpa y otro exonerado.

La audiencia iniciada a las 9:00 horas de hoy, terminó poco después de las 18:20 horas y en esta, la defensa presentó a varios testigos quienes con la información que aportaron permitieron desestimar el planteamiento de la fiscalía, sobre la premeditación, alevosía y ventaja con que se les imputó inicialmente.

Entre los datos que surgieron en esta segunda audiencia se confirmó que el ahora occiso había entrado por la fuerza a la casa de sus exsuegros las primeras horas del 10 de diciembre del 2019, armado con una varilla, con la que intentó golpear a su exsuegro repitiendo constantemente que lo iba a matar.

Cuando entró a la casa sus exsuegros estaban dormidos y al escuchar el golpe en la puerta que había sido abierta por la fuerza ambos se levantaron.

El semidesnudo, cubierto solo con una camiseta fue agredido sin éxito por el ex yerno quien portaba una varilla (barra metálica) con la que trató de golpearlo en varias ocasiones.

Al ver el peligro en que estaban la madre salió en busca de ayuda, llegando en pants, camiseta y sin zapatos, sólo con calcetines el hijo mayor un estudiante universitario, quien entró a defender a su papá, mientras su hermanita de 11 años asustada observaba la escena.

La mamá habló por teléfono de inmediato al 911 pidiendo ayuda, luego regresó a la casa y vio que tenían en el piso de la sala al agresor que no paraba de gritar que los mataría y seguía oponiendo resistencia por lo que le pidieron que trajera una cuerda que estaba en el patio y poco antes había sido usada para sostener una piñata.

Llevó la cuerda y salió de nuevo a esperar a la policía mientras un vecino, un anciano de 76 años, al que conocían de saludo solamente y que se había despertado por los gritos se acercó a ver qué ocurría.

Ella le dijo que alguien se había metido a la casa y su esposo y su hijo lo retenían en espera de la policía.

Mientras el anciano, quien por cierto camina con dificultad entraba a la vivienda, ella siguió por la calle en espera de la patrulla que tardó varios minutos en llegar por lo cual marcó al 911 por segunda ocasión.

Cuando llegó la patrulla, ella fue quien los condujo a la vivienda donde el presunto agresor fue esposado por una policía que luego le quitó del cuello una cuerda al ver que estaba boca abajo y no podía respirar.

Cuando llegó la Cruz Roja, alrededor de 45 minutos después ya había fallecido.

Uno de los datos relevantes que no se dieron en la primera audiencia es el testimonio de la expareja del ahora occiso quien actualmente está casada, trabaja y tiene una niña pequeña.

Explicó que tenía mucho sin ver al ahora occiso. De hecho, tras separarse por problemas de alcohol y drogas que él tenía, ella decidió irse a vivir lejos de su familia porque al separase continuó acosándola en su casa.

En el proceso tuvo que cambiar de número telefónico y evitar cualquier contacto.

Alguna vez lo vio de lejos cuando iba de visita a casa de sus papás. El 9 de diciembre un día antes de los hechos ella estaba de visita porque llevaría a su hermanita a la escuela alrededor de las una de la tarde y entonces él la vio y se acercó a la casa donde empezó a gritarle y ella decidió no salir porque no sabía si estaba drogado y le temía, llevaba con él una escoba.

Regresó poco después y al poco rato se acercó de nuevo a la casa y él dijo que quería que su hermano le prestara la computadora porque la ocupaba.

Su hermano salió y le dijo que se metiera y evitara problemas y ella se metió a la casa de sus papás.

Él se retiró de nuevo y alrededor de las 15:15 regresó, cuando su mamá y su hermano estaban en el patio; él dijo que ocupaba el carro para ir a la NASA. Luego se volvió a marchar. En ese momento ya traía con él una varilla de metal.

Más tarde salieron en familia y lo vieron deambulando por la calle con la misma varilla de metal, observaron que seguía rondando la casa por lo que su mamá llamó a la policía para reportarlo. Luego ella se fue a su casa y no fue sino hasta la madrugada que se enteró de lo que había ocurrido.

En la audiencia la oficial de policía que intervino confirmó que al llegar al lugar de los hechos, los tres hombres estaban sobre el ahora occiso y prácticamente lo cubrían.

Uno de los hombres estaba en camiseta y semidesnudo por lo que tuvo que vestirse para esperar en el patio a los agentes mientras aseguraban la propiedad, el más joven estaba en calcetines con pants y camiseta, mientras el adulto mayor ocupó de auxilio para levantarse del suelo y estaba vestido con ropa, zapatos y chamarra.

Un experto forense por parte de la defensa, José García Durán con dos maestrías en ciencias forenses, perfiles criminales y reconstrucciones virtuales, dio una explicación pormenorizada de las lesiones del ahora occiso mediante un serie de fotografías tomadas en el lugar de los hechos por personal de servicios periciales.

En esta explicó lo que significaban las distintas huellas y marcas, encontradas en el cuerpo y en la escena que clarificaron los hechos con un dato relevante con una huella en el tórax que apunta como el peso de una persona, sumado a la soga que lo ataba y estar boca abajo fueron determinantes en la muerte.

Asimismo el hecho de desconocer que una persona que se está sofocando tiene de 3 a 7 minutos antes de perder la vida y en el proceso puede quedar inconsciente pero segundos antes de morir puede generarse una convulsión que confunda un estado de inconciencia con un nuevo intento de agresión.

Al solicitar de nuevo la vinculación a proceso por homicidio calificado la fiscalía defendió el acto como un hecho doloso por premeditación, alevosía y ventaja en contra del occiso quien murió porque a pesar de estar sometido siguió con los tres hombres encima aunque ya estaba inconsciente.

La defensa representada por los abogados José María Padilla de Lucas y Enrique Fragoso Acosta, en tanto solicitaron se considerara en este hecho la legítima defensa bajo varias premisas.

La familia estaba dormida cuando una persona ajena irrumpió en su casa después de la medianoche. No hay premeditación cuando un hombre duerme e irrumpen en su hogar, no se durmieron pensando que en el transcurso de la noche matarían a alguien.

Hay una historia de vida, de la hija que estaba separada hacía mucho tiempo y se sintió acosada y acechada.

El ahora occiso allanó la propiedad armado con una varilla que había traído con él todo el día y al entrar los amenazó de muerte, todo ocurrió en la sala junto al árbol de navidad.

En la casa había una niña de once años dormida y también estuvo en riesgo al igual que su esposa, el deber del padre era defenderlas.

El ahora occiso superaba en fuerza y juventud a su exsuegro y estaba armado él tenía 27 años y contra quien iba 45.

Defendió su vida y la de su familia y el joven a su papá cuando se sumó a los hechos, el vecino en tanto es un hombre de 76 años enfermo de las piernas.

No hubo un plan de matarlo, solo defenderse, y tan no era plan matarlo que lo primero que hicieron fue llamar a la policía que tardó mucho en llegar.

No hubo intento de huir, ellos confiaban que al llegar la policía el peligro terminaría.

El joven es un muchacho sin antecedentes, un joven universitario a punto de graduarse que hizo lo que era su obligación proteger a su familia.

La policía no dio primeros auxilios al hombre herido en el piso, esperó hasta la llegada de la Cruz Roja.

Si no se hubieran defendido las víctimas habrían sido probablemente ellos los muertos.

Al finalizar la exposición de ambas partes el Juez de Control Ernesto Flores Gallegos determinó que en éste caso no hubo dolo por parte de los tres involucrados. Se excedieron al defenderse. Porque si hubo desesperación, si negligencia pero no intención de matarlo. Si someterlo y entregarlo a la policía, tan es así que lo primero que hicieron fue llamar a la policía en dos ocasiones y la mujer salió a la calle para que no se pasaran de largo y los guió a su casa.

Exoneró al vecino de 76 años que no fue vinculado a proceso.

En tanto para padre e hijo reclasificó a homicidio por culpa, el cual no los excluye de haber cometido un delito pero es un proceso que podrán llevar en libertad y con la responsabilidad de acudir a firmar una vez cada 14 días en tanto se concluye el proceso.

La fiscalía pidió cuatro meses para el cierre de la investigación.

Esta misma noche fueron liberados.

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