Rosaura Maldonado Menchuca, a quien llamaban de cariño “Chagüa” fue hija de Carlos B. Maldonado y de Rosario Menchaca. Nació en 1926 en Hermosillo, Sonora. La menor de cinco hijos. Su padre fue un político de gran importancia, siendo senador de la república en 1962.
Se casó el sábado 14 de mayo de 1949 con José Alfonso Morales Jr. (Hijo de José Alfonso Morales Pavlovich , mencionado en el corrido “El Moro de Cumpas” que tapo todas las apuestas a favor del “Saíno” llevando de paje a la niña Martha Villaescusa
Rosaura Maldonado y su esposo José Alfonso Morales Jr. Vivían en Agua Prieta, Sonora. Ya para 1962 se había separado y divorciado. Hay limitada y confusa información sobre cuando empezó la relación de José Alfonso con la joven Marina Villaescusa, que a la fecha debería de contar con unos 23 años y se encontraba embarazada, presumiblemente de José Alfonso.
Se sabe que Marina viajó de Agua Prieta a Ensenada y se hospedó en la casa familiar de Juan Hussong. También se sabe que Rosaura viajó a Ensenada y en la tarde del día 29 de octubre 1962 llegó al café-restaurant Enrique´s, en las Quintas Papagayo, frente al fraccionamiento San Marino, donde esta aun la casa de la familia Hussong. Rosaura pidió solo café; un par de tazas después, cuando la tarde noche de otoño con su temprana oscuridad ya había tendido su manto, pagó la cuenta y a paso lento se dirigió hasta la casa que albergaba a su rival de amores. Llego ante la puerta y tocó decisivamente. Pidió hablar con Marina quien al cabo de unos momentos apareció en la entrada. Rosaura, al parecer, sin decir nada, sacó de entre sus ropas una pistola, con la cual disparó en cinco ocasiones, hiriendo de muerte a la joven Marina en el vientre y cabeza. Marina, al terminar su cometido, se dirigió, nuevamente, hacia el restaurant donde fue detenida, gracias a la información de un taxista testigo de los hechos.
Siguió un juicio donde el juez Federico Reyes Hernández le impuso la máxima pena de 13 años por el delito de asesinato en segundo grado.
La cárcel de Ensenada, en ese entonces en lo que es hoy el Museo Histórico Regional de INAH, no contaba con sección para mujeres, por lo que se le instalo en el segundo piso. Era una pequeña habitación que tenía una ventana enrejada con vista a la avenida Gastelum desde donde era muy común que se notara su rubia cabellera ya que pasaba largos periodos de tiempo contemplando el paso inexorable de minutos, horas y días.
No encontré información al respecto de cuando dejó de estar presa en Ensenada. Se comenta que logró que le permitieran cumplir la sentencia en Agua Prieta, Sonora.
Al paso del tiempo, presumiblemente cumplió su sentencia y se reincorporo a la vida social sonorense. Por ahí encontramos un recorte de periódico de 2010 en donde se hace la crónica de la boda de una de sus nietas.