Entre las expresiones gráficas de la sexualidad que son más socorridas, sobre todo desde que el internet existe, es la pornografía clásica y comercial que se caracteriza por la cosificación de la mujer y su explotación como un objeto al servicio de la sexualidad y los deseos del hombre heterosexual estereotipado, que además no da muchas posibilidades al mismo consumidor.
En años más recientes, productores y artistas porno han llegado a acuerdos sobre cómo filmar una pornografía diferente, misma que deje de encasillar a mujeres y hombres en papeles absurdos con estereotipos inalcanzables y que educan a las personas para que crean cosas sobre la sexualidad coital que en ocasiones son muy alejadas de la realidad.
La pornografía feminista es una propuesta que en vez de esto, empodera a las mujeres en vez de degradarlas. Además muestra la verdadera sexualidad, no solo femenina, sino también de las otras personas que protagonizan los filmes.
Una de las cosas más significativas es que los artistas tienen el poder de decidir lo que harán cuando estén en escena y con quién. Esto con el objetivo de disfrutar verdaderamente lo que hacen y poder mostrar un producto en donde un orgasmo fingido no sea parte de él. Además, pueden usar toda la protección que necesiten si así lo desean, pues es sabido que en la parte más comercial de esta industria, muchas personas mueren de infecciones de transmisión sexual porque no les permiten ni les exigen el uso del condón o alguna otra barrera al tener contactos sexuales.
Algo interesante de esta propuesta es que pueden participar personas de cualquier parte de la diversidad sexual humana expresando su verdadero sentir erótico, sin obedecer a un estereotipo en particular. Esto incluye a personas de todas las razas, tallas, preferencias e identidades sexuales.
Esto, desde luego, porque el feminismo no trata únicamente sobre la liberación femenina, sino también sobre la equidad en todos los aspectos. De esta manera, cuando las personas con cuerpos a la vez normales y diferentes tengan acceso a ver estas propuestas, se sientan incluidas y validadas. Esto da como resultado una variedad mucho más grande para ver y mucha sensación de tranquilidad en quienes producen y consumen este material.
Obviamente todo es cuestión de gustos, y entre quienes gustan de este tipo de material hay mujeres y hombres en muchas condiciones, donde es raro ver un hombre heterosexual. Esto se explica en que ya este mercado está cubierto desde hace mucho tiempo por la pornografía clásica.