Es una iniciativa avalada por varios países, donde el primero en ser publicado es Chile. En cuanto la noticia salió a las redes sociales, los comentarios no se hicieron esperar. Desde luego hubo muchísimo apoyo y miles de personas se pronunciaron a favor del proyecto esperando poder contar con un ejemplar pronto para compartirlo con sus familias.

Por otra parte hubo desacuerdo por parte de representantes católicos y evangélicos, ya que obviamente sus cánones no aceptan la formación de este tipo de familias.

Entre sus argumentos se expone que se desea “hacer que los niños no tengan reparo a las conductas homosexuales” y que se trata de una “deformación moral en los niños en la más tierna infancia”. Lo llamativo de este caso es que el apoyo sobrepasa por mucho a quienes tienen argumentos en contra.

Cabe mencionar que un material meramente educativo en cualquier país es un intento de ser descriptivo de la situación o tema del que se trate y cabe suponer que esta no es la excepción. Siendo así, no se trata de deformar la moral de niños o adultos, sino de dar a conocer algunas de las cosas que suceden en las familias homoparentales más allá de la mera orientación sexual (preferencia genérica) de los padres o madres.

Es importante hacer hincapié en que cuando educamos o informamos descriptivamente sobre una situación, el objetivo no es imponer, sino ampliar las posibilidades de las personas desde la libertad. Un ejemplo de esto es cuando, en clases de civismo o similares, enseñamos los estados civiles que puede tener una persona (solter@, casad@, viud@, divorciad@, en unión libre, separad@, etc.) y no por eso estamos pensando que los jovencitos pasarán forzosamente por cada uno de esos estados. Simplemente se trata de que sepan que existen y de qué se tratan.

Una de las preocupaciones de las facciones en contra del libro que está próximo a publicarse es el derecho de los padres a elegir la manera en la que sus hijos e hijas son educados y las cosas que pueden saber o no al respecto del tema. Obviamente es una preocupación válida y cabría un debate sobre las maneras para lograr un equilibrio entre lo necesario por parte del Estado y la religión. Lo primero que pueden hacer las personas preocupadas por esto es inculcar firmemente en sus hijos los valores que les interesan que profesen. De esta manera, los niños crearán un criterio propio bastante apegado a los valores de su familia.

Otra de las cuestiones que se han expuesto en redes sociales es el temor de que si los niños saben desde pequeños que la homosexualidad y la homoparentalidad existen, esto haga que quieran explorar estas posibilidades. Respecto a esto, debemos recordar que cada quien tiene definida su preferencia desde antes que nosotros como adultos tengamos conciencia sobre ella en nuestros niños. De este modo, un niño o niña homosexual a quien no se le habla sobre el tema desde pequeñ@, lo que logra es mucha confusión porque cree que solo le pasa a él o a ella. Es decir, esto sucede independientemente de si lo ventilamos en casa o no. De igual manera, para quien es heterosexual, el hecho de saber sobre el tema no cambia su preferencia, ya que no es una elección, sino un descubrimiento.