La papa (Solanum tuberosum) es el alimento más versátil del mundo, tiene un gran contenido de carbohidratos, y se prepara de mil maneras, de hecho, está en todas las cocinas de cualquiera cultura culinaria. Recién cosechada, contiene un 80 por ciento de agua y restos de almidón, contiene proteína que es análoga al de los cereales, y es muy alta en comparación con otras raíces y tubérculos, además, tiene poca grasa.
Las papas tienen abundantes micronutrientes, sobre todo vitamina C: una pieza de 150 gramos, consumida con su piel, aporta casi la mitad de las necesidades diarias del adulto (100 mg).
Este tubérculo contiene una cantidad moderada de hierro, pero el gran contenido de vitamina C fomenta la absorción de este mineral. Además, este tubérculo tiene vitaminas B1, B3 y B6, y otros minerales como potasio, fósforo y magnesio, así como folato, ácido pantoténico y riboflavina.
También contiene antioxidantes alimentarios, los cuales pueden contribuir a prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento, y tiene fibra, cuyo consumo es bueno para la salud.
La papa es una planta perteneciente a la familia de las solanáceas es originaria de Sudamérica y fue domesticada en el altiplano andino por sus habitantes hace unos 7000 años y más tarde fue llevada a Europa por los conquistadores españoles como una curiosidad botánica más que como una planta alimenticia.
Su consumo fue creciendo y su cultivo se expandió a todo el mundo hasta convertirse hoy en día en uno de los principales alimentos para nosotros.