En los años 40 se hablaba de la ciudad de Ensenada como un lugar hospitalario… un panorama y una bahía encantadora, clima delicioso y su gente amigable, ordenada y muy hospitalaria.
Con muy abundante pesca que hacía la delicia de los turistas y que debido a este gran atractivo acudían anualmente más de 100 mil gentes, sobre todo un turismo muy familiar, por la cercanía con California y Arizona. Uno de los puertos más visitados del Pacifico haciéndole gran competencia a Acapulco.
El crecimiento de Ensenada fue sorprendente en esta época, llegaron a Ensenada gente muy importante para el desarrollo económico y social de este pedazo de México acabando la segunda guerra mundial. Iniciaron los negocios Manuel Ezroj, Santos Cota y muchos más hombres, como los Hermanos Salazar y Francisco Álvarez, haciendo de la ciudad de Ensenada un centro turístico comercial que envidiarían todos los demás puertos del Pacifico.
Lo que le faltaba a Ensenada era un sistema de drenaje y agua potable, se pensaba hacer e instalar una gran obra hidráulica para satisfacer dentro de 10 años a una población de 100 mil habitantes permanentes y más de 100 mil visitantes venidos del extranjero.
Se iniciaron los estudios para traer agua de San Carlos, esto para remediar de una vez por todas las grandes carencias de este vital líquido que por muchos años ha sido un grave problema. Desde entonces se sabía que el solucionarlo representaría prosperidad y confort por muchos años.
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