En el artículo anterior traté un poco sobre cómo se producen los sonidos de nuestra habla y cómo es que algunos sonidos son significativos en algunas lenguas frente a otras. Es el caso del alemán, [berun] “osos” vs [beerun] “bayas”, en donde las [e] del primer concepto son pronunciadas con los labios más abiertos que en el caso del segundo concepto. Tal diferencia es insignificativa para los hispanohablantes.
De igual manera, hay sonidos que para personas no-hablantes de español resultan difíciles de distinguir. Por ejemplo, se suele identificar al oriental promedio cuando pronuncia la [l] en vez de la [r]: [la’ton] vs [ra’ton]. Aunque para nosotros es obvia la diferencia, para ellos no tanto: en realidad los rasgos de ambos sonidos son muy parecidos.
Uno de los principales problemas es que nuestra percepción está orientada a entender el mundo de una determinada manera. No oímos lo que sucede realmente, sino que, por una operación cognitiva, ajustamos la realidad a nuestras expectativas. En este caso, a nuestra expectativa de sonido: de igual si acústicamente sucede una [e] ligeramente pronunciada, una [e] que vibre más la parte anterior de la boca o una [e] en donde sea la parte central la que vibre –sonidos que suceden, con ligeras diferencias en la forma de la boca y la posición de la lengua- siempre buscaremos escuchar (y no oír) una [e].
Otro de los problemas es más de corte cultural. Como son sonidos extraños, de una lengua que ni entendemos, en ese momento cerramos la puerta a la comprensión. En efecto, apreciar las diferencias demandan esfuerzo; esfuerzo que algunas personas no están dispuestas a invertir. Por lo que, sucede con frecuencia, da lugar a la burla y a la justificación de la incomprensión. Sobran comentarios como “hay, que raro/feo suena”, “suena como si estuvieras tragando algo”, “parece que te estas ahogando”, etc. A parte de la risa explícita hacia la lengua con sonidos distintos.
Sucede a menudo con lenguas indoamericanas. Algunas, pueden llegar a tener un abanico de posibilidades mucho más amplio –y significativo- que el que tiene el español. En específico, las lenguas yumanas de Baja California comparten un rasgo sonoro –o fonema- que al hispanohablante parece perturbar sus más profundos principios etnocéntricos.
Este sonido es el “cierre glotal”, o “plosiva glotal sorda” –representada con un signo parecido al signo de interrogación en el Alfabeto Fonético Internacional [?]* o con una comita en algunas ortografías <’>. La forma más fácil para el hispanohablante de distinguir este sonido es cuando decimos [si?pi], o sea, decimos [si] e inmediatamente dejamos de producir sonido, pero aun con la boca abierta, para luego, pronunciar [pi]. En el video que viene al principio pueden escuchar ejemplos de [a?a] e [i?i]. Otra forma de identificarlo es pronunciando una vocal y cortar el sonido sin cerrar la boca. Ese órgano que se mueve para evitar que siga saliendo el aire es la glotis.
Los hablantes de lenguas yumanas usan este sonido de manera significativa. En pai pai, a “fuego” –por ejemplo- se le dice [o?o]; en kumiai “ser pequeño” se dice [?estik]; en yuma, “temblar” se dice [en a?ii]; y en havapai [tv?ov ?i] significa “estar cansado”. Por otro lado, dentro de la misma familia lingüística yumana-cochimí, hay lenguas que usan más sonidos que otras –o hay sonidos que no están en todas. De igual manera, el español pertenece a la misma familia lingüística que el italiano y el francés, pero nosotros ni distinguimos las vocales nasales (el francés sí); ni los italianos las “j”s –jitomate, México y jarra son palabras difíciles para ellos; y los franceses no se les da pronunciar la “r” española, a pesar de su gran espectro vocálico.
En las lenguas yumanas, el mohave, el maricopa y el yuma tienen el sonido [d] mientras que los otros miembros de la familia no lo tienen; el cucapá, el diegueño y el kumiai –así como el ko’al- tienen la [t] retrofleja y la [l] sorda. El primero es una [t] con la punta de la lengua en el paladar, mientras que el segundo es como si pronunciáramos una [l] y una [h] al mismo tiempo; en el proceso los cachetes se inflan un poco por el aire que fluye por los lados de la lengua. El mohave, el yavapia, havasupai y walapai tienen el sonido [th] que sería el sonido en inglés para cuando pronunciamos <thought>: como una [t] pero dejando escapar el aire levemente.
Aunque faltan muchos sonidos por detallar, los investigadores norteamericanos de finales del siglo pasado realizaron varios trabajos fonológicos para las lenguas yumanas. No obstante, las lenguas se encuentran en constante reconstrucción. ¿Los sonidos se habrán mantenido o habrán cambiado? ¿El español y el inglés, en cada lado de la frontera, tuvieron algo que ver?
*Para facilitar la compatibilidad con los navegadores, el signo correspondiente a la oclusiva glotal será sustituido por el signo de interrogación entre corchetes.
**Las palabras presentadas aquí provienen de Langdon, M. (1977) Semantics and syntax of expressive “Say” constructions in yuman. En Proceedings of the 3rd Annual meeting of the Berkeley linguistics society. UCSD. Las palabras en paipai son de elicitación propia.