Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), una de las causas de la intoxicación alimentaria reside en la ingestión de microbios patógenos o toxinas producidas por algunos de estos organismos. Se produce vómito y diarrea cuando los microorganismos liberan toxinas en los alimentos o cuando se multiplican más allá de ciertos niveles en el intestino, los síntomas varían de una persona a otra, dependiendo de la edad, el estado de salud y otros factores.
Los microbios patógenos pueden hallarse casi en todas partes. Por lo tanto, se encuentran frecuentemente en alimentos crudos destinados a la cocina como carnes, aves, huevos y verduras. Normalmente esto no constituye un problema, ya que una adecuada cocción de los alimentos convierte en inofensivos a los pocos microbios que sobreviven. Sin embargo, sí existe un riesgo de contaminación cruzada; ésta se produce cuando los microbios que se encuentran en los alimentos crudos se extienden a alimentos que se consumen sin necesidad de cocinarlos previamente como quesos, ensaladas, bocadillos, etc., o a platos preparados listos para comer.
Ejemplo típico de cómo se puede producir la contaminación cruzada es dentro de un refrigerador, mediante el goteo de líquidos procedentes de carnes crudas sobre alimentos listos para consumir. Por otra parte, existen otros medios menos evidentes por los que se transmiten los microbios.
No lavarse las manos, la tabla para cortar o cualquier utensilio de cocina que haya estado en contacto con alimentos crudos representa un posible factor de riesgo. Afortunadamente, se pueden tomar una serie de medidas simples para prevenir la contaminación cruzada como son las siguientes:
• Utilicen utensilios independientes para preparar alimentos crudos y cocinados.
• Limpieza de las superficies de la cocina y los utensilios, periódicamente con agua caliente y detergente.
• Conservar los productos en forma separada, utilizando recipientes apropiados, tanto en el refrigerador como en el congelador.
• Por último, lavarse siempre las manos antes de cocinar y después de manipular alimentos crudos.