Don Jorge Ramírez García, recientemente destituido de su cargo de Director General del Centro Cívico y Cultural Riviera de Ensenada, decía a menudo, (una de estas ocasiones en el Museo de Historia de Ensenada en platica informal donde entre otras personas estaba yo), que gracias a su intervención se había logrado el rescate de una de las pinturas que había sido substraídas ilegalmente del bar adyacente al Salón Casino del Riviera. Sin embargo don José Armando Estrada Ramírez, reconocido historiador, conferencista y miembro fundador del Seminario de Historia de Baja California en variadas oportunidades ha relatado su directa participación en el rescate y entrega al Riviera la mencionada pintura.
Con el fin de hacer pública la real circunstancia de cómo se logró restituir esta magnífica obra de arte a su lugar de pertenencia decidí entrevistar a don José Estrada, quien amablemente me proporciono los datos pertinentes así como el periódico original que relataba estos mismos hechos.
Dos de las pinturas del Bar del Salón Casino fueron retiradas por personas desconocidas que tenían acceso al inmueble durante el tiempo que estuvo cerrado y casi abandonado, ya que solamente había la vigilancia de un velador por las noches. Eran los tiempos inmediatamente posteriores al fracaso del programa Nacional Fronterizo,(1960s) que solo sirvió para hacer una seria de acciones destructivas. Mucho de los contenidos fueron substraídos durante esos 20 años de olvido y negligencia.
Un Sr. Rosas, propietario de una tienda de curiosidades que estaba ubicada en la calle Primera al estar renovando su local, que anteriormente había sido parte de un centro nocturno encontró, en la parte superior de lo que había sido un armario donde se utilizaba para dejar el cambio de ropa de las vedettes que ahí trabajaban, un lienzo, mal doblado y polvoriento, seria por allá por 1970 aproximadamente, y quizás estaba ahí hacía unos 10 años. Por curiosidad el Sr. Rosas vio que era un lienzo pintado con una figura femenina desnuda. Lo llevo a su casa y lo mantuvo guardado sin darle ninguna importancia. Ocasionalmente lo mostro a familiares y amigos como prueba de una curiosa anécdota.
Uno de los hijos del Sr. Rosas, Mario, amigo de don José Estrada en cierta ocasión le comentaba sobre la existencia de esta pintura y donde estaba. Menciono que al parecer era de las pinturas “del Riviera”. Paso algún tiempo hasta que nuevamente José Estrada logro hacer contacto con Mario y su hermano Víctor Rosas y finalmente hicieron una cita con el Sr. Rosas, quien accedió a hacer entrega a don José Estrada, para que el, a su vez y a nombre de la familia Rosas hiciera la entrega formal y definitiva al INAH y al Riviera.
El día de la entrega estuvieron presentes Evangelina Dávila, coordinadora del INAH en Baja California, arqueólogo Jorge Serrano González, presidente del Seminario de Historia de Baja California, don José Luis Fernández Bandini, Director del Centro Cívico y Cultural Riviera. El propio sr Rosas y su hijo Mario y don José Estrada.
Se hizo el compromiso de que se contrataría a un especialista que trabajara en la restauración con la delicadeza y profesionalismo que el caso requiere, Sin embargo, se medió plancho y se cubrió de un barniz de carpintería utilizado en muebles que en pocos días, al secarse dejo una capa amarillenta cubriendo la superficie de la pintura. Desafortunadamente la intención de hacer una restauración en forma quedo solamente en eso: “Intenciones”
Hoy en día seis de las siete pinturas originales adornan el bar del salón Casino. En el espacio de la séptima pintura esta una copia de un autorretrato de Alfredo Ramos Martínez, el “pintor de las melancolías”, según lo nombro el ilustre poeta y escritor nicaragüense Rubén Darío.
Espero que con esta reseña quede finalmente aclarado los méritos del rescate de la pintura perdida del Riviera. Gracias al sr. Rosas, a sus hijos y especialmente a don José Estrada Ramírez.
Estas valiosas pinturas y otras, del mismo artista están en permanente exhibición en el Riviera. Entrada libre diariamente.