En las comunidades indígenas de Baja California, el trabajo con el barro es una práctica milenaria de la cual se tiene rastro hasta los tiempos en que los paipai eran un solo grupo con los havasupai, walapai y yavapai. Ralph C. Michelsen, en sus incursiones de campo por los años 60’s, nos narra la creación de una olla de barro a manos de Petra Higuera, una paipai que vivió en la comunidad de Santa Catarina, en Ensenada.

En una columna anterior, ya habíamos tenido oportunidad de ver una imagen creada por un dibujante que retrata a la señora Petra trabajando con cordel y fibras de agave. En este caso, en la imagen que acompaña esta columna, la señora Petra es retratada en el proceso de creación de una olla de barro.

Michelsen nos describe el proceso y la escena. El barro es recolectado de algunos depósitos que ya han sido ubicados con antelación. Petra ha escogido de estos depósitos los “grumos” de tierra con la mayor cantidad de barro. Después, con una piedra en forma de mazo pequeño, molerá los grumos hasta obtener un polvo muy fino. En una segunda molienda, se limpia el polvo de otra clase de piedras, como pequeños pedazos de cuarzo –muy abundante en la región. Este proceso puede durar hasta 6 horas para obtener el barro suficiente que permita realizar una olla como la que aparece en la imagen. Para obtener una pasta que pueda ser maleable, el polvo se mezcla con estiércol de caballo, finamente molido, agua y cenizas.

En este caso, el diseño inicia directamente en una olla vieja. Ésta se pone al revés, se cubre de cenizas y con esta “base” se empieza a moldear la nueva olla. Los instrumentos son una “pala” de madera, con la cual se va esparciendo el barro hacia los lados, y un pequeño “hongo de barro” con el que se hace presión desde adentro. De esta manera se va elevando la altura de la olla de barro hasta llegar a la medida deseada. En algún momento, Petra dejará el pequeño “hongo de barro” y se cubrirá la mano con agua y cenizas, para dar los últimos detalles. En un último paso, y mientras la obra esté aun fresca, el exterior e interior se pulirá con una piedra húmeda.

Después de una jornada de trabajo, y ya entrada la tarde, se inicia un fuego con troncos de yuca. En una pequeña cuevita hecha de piedras, al interior de la pila de yuca, se coloca la obra de barro. El fuego se alimenta hasta que el barro adquiera un color rojizo, índice de que ha alcanzado una alta temperatura. Entre brazas, se le deja dormir toda la noche. A la mañana siguiente, la nueva olla surgirá de entre las cenizas y estará lista para usarse.

Para mayors referencias: Michelsen, Ralph C. (1971) Petra makes paddle and anvil pottery. Pacific Coast Archaeological Society Quaterly (7), pp. 1-2.