Durante la semana pasada PornHub, popular sitio de videos para adultos, dio a conocer la noticia de que planea hacer durante el próximo año la primera película porno en la historia que esté filmada en el espacio. La compañía actualmente está tratando de reunir fondos para poder financiar el viaje y la filmación, lo cual está en un presupuesto del equivalente a más de 50 millones de pesos mexicanos.
Esta compañía trabajará en conjunción con Digital Playground para ser pioneros en un proyecto que implica varios desafíos además de la falta de fuerza de gravedad (más necesaria para la cópula de lo que parece), como el hecho de llevar actores y un equipo de rodaje al espacio con el previo entrenamiento necesario para tales fines. La idea del proyecto, según la productora del proyecto, es “empujar los límites de la ‘sexploración’ intergaláctica”, y según el vicepresidente de PornHub, Corey Price, es aventurarse en la frontera sexual final y cambiar la industria para adultos como actualmente se conoce.
La fantasía del sexo espacial se ha explorado desde diferentes proyectos cinematográficos, tanto comerciales como pornográficos. Incluso existe The Uranus Experiment, misma que es notable por haber sido nominada a un premio Nebula en 1999 por su desarrollo en tecnología para ciencia ficción.
Aunque hay quien dice que es necesario plantearse la idea del sexo en el espacio si la humanidad eventualmente va a explorar o conquistar lugares lejanos a nuestro planeta, el argumento parece un tanto lejano a las realidades sexuales que actualmente tenemos en la Tierra, especialmente de aquellas que implican problemas en lo relacionado a la vivencia plena, responsable y feliz de nuestra sexualidad.
Hace algún tiempo hablé en este espacio de las fantasías sexuales, que si bien son muy sanas y nos ayudan a crear nuevos horizontes en nuestra sexualidad, hay algunas que por diferentes cuestiones no se llevan a la práctica. Estas razones pueden estribar incluso en lo que es práctico y viable.
Tratándose de una empresa como PornHub no es extraño que el presupuesto antes mencionado llegue a ser viable. Sin embargo, cabe mencionar que en todo caso tendríamos que cuestionar las prioridades en cuanto a educación de la sexualidad que nos podríamos plantear desde esa posibilidad económica. Y es que, pensemos, ¿para qué copular infelices en el espacio si podemos hacerlo plenos en la Tierra con algo más de conciencia?
En fin, de realizarse el proyecto y como sea que salga, esta será una notable aventura espacial y dará una opción más de entretenimiento adulto para quienes son fanáticos de las expresiones gráficas de la sexualidad.