Hace unos días nuestro buen amigo el arqueólogo Carlos Chávez presento en la conferencia mensual del INAH, en el Museo Histórico Regional de Ensenada un reporte del avance de la restauración y conservación de la histórica Casa Machado en Playas de Rosarito, Baja California.
Construida originalmente en 1840 en los terrenos del Rancho El Rosario, que habían sido otorgados al soldado José Manuel Machado en 1827 con una extensión de once leguas (19,311 hectáreas)
Como resultado de lo compartido por Carlos en dicha conferencia me vinieron a la mente los recuerdos de mis variadas visitas a la zona misional de Misión El Descanso (El Descanso de San Miguelito, San Miguel La Nueva) y la casa conocida en Baja California como “Casa Machado”, cabe aclarar que en el área de San Diego, aún existe otra construcción con el mismo nombre, también con igual o superior valor histórico.
En esta ocasión, quiero dirigir la presente reseña a un hecho histórico casi desconocido protagonizado por un personaje cuyo heroísmo y actitud patriótica no han sido debidamente reconocidos.
Para lograr presentar a mis amables lectores, un semblante muy superficial de nuestro personaje debo de esbozar brevemente los antecedentes familiares: José Manuel Machado fue uno de los primeros soldados que llegaron al Presidio de San Diego, siendo uno de los fundadores de “Old Town” (el Pueblo Viejo de San Diego) en 1781, siendo en ese entonces Cabo de la Compañía de Cuera.
Prestó sus servicios con eficacia y en reconocimiento fue ascendido y asignado varios puestos de responsabilidad por lo que recibió, como patrimonio familiar, el “Rancho de la Nación” (área de la hoy ciudad de National City), José Manuel demostró, a través de su servicio, una probada fidelidad y lealtad al gobierno Español y subsecuentemente al gobierno Mexicano. En recompensa se le otorgo el mencionado Rancho El Rosario en la hoy Baja California.
Contrajo matrimonio con Serafina Valdez en 1809, El de 53 y ella de 20 años de edad, en un matrimonio negociado y arreglado sin que los novios se conocieran en persona.
Tuvieron 15 hijos.
El mayor de sus hijos, Juan se casó con María Serrano y ellos, a su vez tuvieron 19 hijos, Juan Machado fue muy reconocido en la comarca, tanto como por ser el patriarca de una familia numerosa como por el hecho de ser un agricultor muy próspero y exitoso. En una ocasión compro por 40 dólares el abandonado Fuerte Guijarros en Punta Ballast en las cercanías del Puerto de San Diego, convirtiéndolo en todo un emporio de agricultura y ganadería. Tiempo después se estableció en el Rancho El Rosario en la hoy Playas de Rosarito, Baja California, donde organizaba carreras de caballos. Quizás estos hechos hayan contribuido para justificar su sobrenombre de “El rey de la frontera”.
La hermana de Juan, Juana, dio pruebas de ser una persona muy dinámica, tuvo 8 hijos, producto de dos matrimonios. En su segundo matrimonio, siendo viuda, se casa con “Cockney Bill” quien fuera mayordomo del inmenso Rancho Ortega. Durante la guerra México-Americana, cuando el General Stephen Kearny en su avance hacia San Pascual, en el 6 de diciembre de 1846 tuvo que cruzar con su regimiento compuesto de 100 “Dragones” por el Rancho Ortega, obligo a Cockney Bill bajo amenaza de muerte a que lo guiara hasta San Pascual donde fue derrotado por la caballería del Californio Andrés Pico en la renombrada Batalla de San Pascual. Cockney Bill (cuyo nombre real se desconoce) nunca fue tachado de traidor y siempre respetado por su honestidad y caridad pública.
Una de las hijas de Juan Machado y María Serrano fue María Antonia Juliana, quien es nuestro personaje para esta reseña.
El 29 de julio de 1846 los mexicanos habían tomado el Fuerte Stockton en el Pueblo Viejo de San Diego, hoy California EE.UU. y habían replegado a las fuerzas de los americanos hacia la bahía de San Diego. Manteniendo a los americanos, enemigo, refugiados en sus navios de guerra. Por días, por semanas, por meses.
En noviembre de ese año de 1846 Albert B. Smith al amparo de la oscuridad y subrepticiamente cruzo la línea de vigilancia del fuerte y logrando escabullirse anulo, saboteando, varios de los cañones que ´protegían las instalaciones militares. Ya con la seguridad de que los soldados americanos no serían repelidos por el fuego de artillería, los norteamericanos arremetieron contra el debilitado fuerte e hicieron que los Californios y Mexicanos lo abandonaran dirigiéndose apresuradamente hacia las colinas a buscar refugio.
Dentro del fuerte estaba la casa de los Machado-Silva que siendo la construcción más preponderante, tenía en su techo izada la bandera mexicana, que orgullosamente ondeaba proclamando la resistencia contra los invasores. Smith se dirigió a dicha casa con la intención manifiesta de capturar la bandera nacional y a su vez, izar la bandera de la unión americana para proclamar la victoria y conquista del Fuerte Stockton. Era usual y esperado que el victorioso guerrero se deshiciera de inmediato y sin protocolo alguno de la bandera capturada. Por lo general era pisoteada, desgarrada y sometida varias veces a la lumbre de una fogata, “Convirtiendo la agonía del derrotado en gozo del victorioso”
María Antonia, después de poner a salvo a sus hijos y familiares regreso a su casa. Sabía que en lo alto ondeaba “su” bandera. Sin meditarlo ni midiendo consecuencias, desafió el zumbar de las balas que pasaban a su alrededor, con desmedido arrojo y mucha imprudencia subió al techo, presentaba un ideal blanco para las fuerzas enemigas. Quizás pensó que el hecho de ser mujer provocaría una reacción de caballerosidad y respeto. ¡Nada de eso! Las balas repicaba a sus pies y a rastras, para ofrecer un bajo perfil se arrimó al pie del palo/astabandera, y como pudo sin levantarse bajó la bandera mexicana, guardándola entre sus ropas en su pecho, protegiéndola con su vida. No se detuvo ahí, corto los cordones que se usan para izar la bandera, retrasando así de manera significativa aunque momentánea que los americanos pudieran proclamar su victoria. No habiendo manera de utilizar el endeble palo de astabandera, tuvieron que conformarse, los americanos, con clavar la bandera americana en la puerta de entrada al fuerte. Bajo del techo y escurriéndose entra las paredes del fuerte, evadiendo disparos de rifle y cargas de cañón puso, “pies en polvorosa” como dijeron los invasores tratando de desvirtuar su mérito de heroína.
María Antonia logra escapar con vida. Con el tiempo ella y el mucho de la familia Machado se estableció en el Rancho El Rosario en México.
Como ironía del destino. Albert B. Smith se casó con la Sra. Guadalupe Machado viuda de Wilder, hermana de María Antonia.
No se con certeza del fin de esa bandera rescatada por María Antonia Juliana Serrano de Machado. Han aparecido “banderas originales” de este evento. No he podido constatar con certidumbre que alguna de ellas sea, en efecto, la “Bandera de Machado”