Según el portal el turismo-sostenible.org la definición de turismo sostenible es: Aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación entre el turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad es repartida de forma equitativa, y donde los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje.
En los últimos 40 años, Ensenada ha tenido tres momentos cruciales en el ámbito turístico; en los 70´s y los 80´s se caracterizó por un turismo familiar y de alto consumo per-cápita gracias a la combinación de varios factores como ser un puerto tranquilo cercano a California, la gastronomía local y una pesca deportiva atractiva. En el periodo de los 90´s al 2000 se convirtió en un lugar de eternos “Spring Break”, cada fin de semana arribaban al puerto jóvenes desbordados que dejaban desorden en vez de beneficios económicos, mas no todo fue negativo en esta época, ya que eventos como la Carrera Baja Mil o el paseo ciclista Rosarito- Ensenada, contaban con muchos participantes, lo que se traducía en una buena derrama económica para nuestra ciudad.
Después de esa época entramos en una etapa de muchas complicaciones: mala imagen por la inseguridad, la crisis económica de los californianos, el problema del cruce fronterizo y por supuesto el derrumbe de la carretera escénica, que nos dejaron una industria turística devastada, salvo en verano, gracias a los eventos de las Fiestas de la Vendimia.
Recientemente, un estudio de Booking.com señala que este 2015 el 52% de sus usuarios han elegido un destino sostenible comparado con el 10% en 2014 que se decantaron por viajes similares, consecuentemente para lograr que Ensenada crezca turísticamente es de vital importancia poner énfasis en el desarrollo de la gastronomía y la enología, factores de identidad, idiosincrasia, historia y cultura.