Hace un tiempo pudimos rescatar de un ejemplar del periódico “La Estrella” Editado en Los Ángeles, California por el Sr. Francisco P. Ramírez, que contenía una sección en español. Este ejemplar fechado el sábado 22 de abril de 1854 reproducía una carta, originada Santo Tomas y que por su importancia, reflejando los momentos críticos de la invasión filibustera de William Walker y la tenaz defensa de Antonio María Melendrez Ceceña, la reproduzco integra.

En dicha carta, mencionaba el remitente:” El día que regrese, me encontré con la noticia de que Melendrez había matado a cinco piratas. Uno en Santo Domingo y cuatro en San Vicente. Al primero le quito la pistola giratoria y se la descargo. A los otros los sorprendió a las seis y media de la mañana con 13 hombres, quitándoles, después de muertos 17 rifles y carabinas, 6 pistolas giratorias, un cajón de parque.

Ayer recibió el comandante militar de este punto un parte oficial, dado por las fuerzas acantonadas en el Rio Colorado, en el que se le dice que Walker había pasado el rio con su gavilla, dejando en la orilla el ganado que no pudieron pasar. Se lo robaron los indios que con tal motivo, Walker cruzo, otra vez el rio y ataco a los indios, matando a dos. Veinte de su gavilla se desertaron y se presentaron al comandante estacionado en el fortín de aquel rio. Treinta y cinco más, se le separaron, y al parecer, tomaron rumbo a San Bernardino, en California, para disolverse. Walker, con cosa de 25 únicos que le quedaban volvía con dirección a Santo Tomas.

Ahora, que son las cinco de la tarde, acaba de llegar el “Guanajuatense”, mozo que acomodo Smith en la frontera y dice que Melendrez después de haber matado a los cinco piratas se dirigió, con 25 hombres, bien montados y armados, sobre Rosario, donde se hallaba Smith con cinco piratas. Sin disparar un solo tiro se le rindieron, al parecer bajo promesa de perdonarles la vida. Según los antecedentes que tenemos a Smith y un “don Guillermo” los ha despachado para La Paz. A seis los tiene trabajando en La Grulla. Otros seis llegaran aquí dentro de pocas horas. Uno, aquel Charles, cuñado de Espinoza, quedo en El Rosario y a Machuca le ha impuesto la pena de salir de la frontera. Entregaron todas sus armas y el parque enterrado en el rancho de Mancilla. Melendrez disolvió su partida, quedando con cinco hombres solamente. Y ahora se teme que Walker en su regreso a Santo Tomas lo tome desprevenido.”

sobre Santo Tomas lo tome desprevenido.” Fin de la carta (reproducida íntegramente y respetando la redacción.)

Continuando el reportaje de los hechos filibusteros, en ese mismo ejemplar del 22 de abril de 1854 aparecía la siguiente crónica:

“El señor don Francisco P. Rodríguez que llego en el vapor de San Diego, nos comunica las importantes noticias, que en adición a las anteriores tenemos el gusto de comunicar a nuestros lectores.

El 10 llego a San Diego, un propio, despachado por Melendrez con cartas dirigidas al Sr. Bandini; por ellas se confirman las anteriores noticias y se da la de haber llegado Walker al rancho llamado La Calentura, donde se ha fortificado con los 25 hombres que lo acompañan. Melendrez con 18 hombres estaba cercando la casa y en las cartas a la que nos referimos invitaba a algunos hombres más para que auxiliaran.

El capitán Steele, uno de los piratas a quienes Melendrez le perdonó la vida ha pasado en este vapor para San Francisco.”

El reportaje terminaba con la siguiente nota: “En la causa seguida en Sam Francisco contra Emory y Walkins, por haber formado parte de la expedición filibustera, que invadió la península de Baja California; resultaron multados cada uno de ellos con mil quinientos pesos”

A 162 años de estos eventos, al leer y releer estos relatos nos percatamos de la intensa lucha en un medio hostil lleno de carencias que era escenario en nuestra despoblada Baja California. Hombres recios y decididos, que tomaron como suya, la violación a la soberanía de nuestra tierra, Sin ejércitos que los apoyaran, Sin artillería que pudieran someter al enemigo. Sin recursos oficiales, La olvidada, del centro de la república, Baja California, permaneció unida, y salvaguardada. Nunca un puñado de hombres logró tal hazaña. Héroes olvidados, Héroes desconocidos. No sabemos muchos de sus nombres, No sabemos donde descansan sus restos, Hay mucho que hacer para rescatar la memoria de ellos. Hoy recordamos a Antonio María Melendrez Ceceña. Ojala y mañana podamos saber más de los hombres que lo acompañaron y a quienes les debemos nuestro presente.